Explicarle a un niño que finalmente no va a llegar ese hermanito que estaba esperando con ilusión es un tema bastante duro, y más si los propios padres están asimilando la propia situación. Aunque según la edad abordemos el acontecimiento de una manera u otra, lo mejor es que formen parte del proceso. Veamos algunas recomendaciones al respecto.
Consejos para hablar con tu hijo de la pérdida
Tanto en este caso como con otro tipo de malas noticias, debemos tener en cuenta algunas consideraciones para que el niño pueda afrontar la situación de la mejor manera. Estos son algunos consejos:
- Contarle lo sucedido en un lugar íntimo y tranquilo, es decir, donde el pequeño tenga sensación de confianza (como su casa) y que lo haga una persona muy cercana o con la que tenga una relación estrecha (aparte de padres, familiares como tíos o abuelos o incluso algún maestro).
- Explicárselo utilizando un discurso fácil y breve, es mejor evitar las explicaciones largas o ambiguas y por supuesto las historias fantásticas e inventadas. No es recomendable utilizar eufemismos como “está durmiendo”, “se ha perdido” o “se ha ido”. Esto podría generar consecuencias negativas porque podrían tener miedo a dormir o incluso podrían asustarse en algún momento en el que alguien necesita salir y apareciese miedo por si tampoco regresase.
- Responder a todas sus dudas y preguntas utilizando siempre la sinceridad. Es completamente natural que muestre curiosidad, por lo que debes responder a sus cuestiones de forma sencilla y suave. Quizá pueden resultarte útiles algunos cuentos sobre el tema.
- Consolar sus expresiones emocionales, pero mejor no recurrir al “no llores”, hay que dejar que exprese su tristeza sea como sea su forma de hacerlo.
- Expresa tus emociones también. Le puedes explicar que las personas mayores también necesitan llorar a veces y que también pueden sentirse tristes.
- Ten paciencia. Es probable que el niño esté luchando por entender lo ocurrido y que incluso te pregunte varias veces por el mismo asunto.
- Explicarle qué va a ocurrir a partir de ahora para que esté tranquilo y seguro. Lo mejor es darle sensación de seguridad e intentar que no abandone su rutina y las actividades que le dan estabilidad.
Reacciones habituales de los niños

Como personas que son, cada niño reaccionará ante esta tesitura de una forma diferente, pues cada uno asimila la pérdida y el sentimiento de tristeza a su forma.
Algunos menores ante esto no se separarán de su mamá y papá y se pasarán el día pegados a ellos. Otros pueden dar “pasos hacia atrás” en el sentido de no ser capaces de hacer cosas que ya habían superado en su aprendizaje como ir al baño solos o incluso ir a la guardería sin tener ningún problema. Esto sucede porque su propia rutina se puede haber visto alterada con la situación.
Por otra parte, algunos niños se muestran indiferentes y no expresarán ninguna reacción, mientras que otros, quizá, sí expresan esa tristeza, pero de un momento a otro pueden pasar a una gran alegría. También es normal porque están aprendiendo a manejar sus sentimientos, aunque a los adultos les sorprenda.
Otros pueden sentirse culpables por la pérdida, por eso debes explicarles que no es su culpa. Y, de hecho, algunos pueden incluso tener rabietas porque es su forma de expresar esa tensión y frustración.
¿Necesita estas explicaciones?
Es posible que si la pérdida se ha producido muy pronto o si el niño es muy muy pequeño ni siquiera haya sido capaz de asimilar la llegada de un bebé. La cuestión más difícil puede estar cuando el embarazo sí que estaba avanzado y el pequeño ya tenía grandes expectativas con tener un nuevo hermanito.
En ese caso, aunque no pueda entender del todo lo que le cuentes, sí que necesita que le expliques lo que ha ocurrido. Aunque pienses e intentes pretender que no se dará cuenta, lo cierto es que sí lo hará, pues los niños perciben -y bastante- los sentimientos de quiénes los rodean, así que notará por sí mismo que algo va mal. Por eso es necesario que le asegures que todo irá bien.