Si algo caracteriza a la filosofía Montessori es el fomento de la autonomía de los niños y las niñas. Porque esto les ayuda a ganar independencia, adaptarse a la sociedad, fomentar su autoestima y controlar sus movimientos.

Para todo esto, desde el punto de vista Montessori, hay un área fundamental para trabajar con los niños. Se trata de la vida práctica. A través de este tipo de actividad relacionadas con la vida diaria, los niños adquieren todo tipo de beneficios para su desarrollo, desde la consabida autonomía, hasta el pensamiento ordenado.
Sobre los 2 o los 3 años, los niños y las niñas comienzan un período sensible en el que muestran muchísimo interés por colaborar en sus casas e imitar todo aquello que hacen las madres y los padres. Dejándoles que participen aprenderán que su ayuda es valorada, aumentando la confianza en sí mismo y favoreciendo la autonomía.
Además, de una manera indirecta, las tareas de vida práctica también sirven para desarrollar habilidades motoras, la concentración y la perseverancia.
Actividades de vida práctica Montessori
¿Qué se consideran actividades de vida práctica Montessori? Todas aquellas relacionadas con simular la vida real y para ello es importante que el ambiente esté preparado y adaptado al niño. Y, por supuesto, que todos los materiales que vayan a usar sean reales y prácticos.
La vida práctica Montessori se divide en 4 áreas:
- Actividades Preliminares. Actividades básicas relacionadas con saber mantener el orden. Como, por ejemplo, recoger los juguetes y ponerlos en su lugar.
- Cuidado personal. Con este tipo de actividades estamos ayudando a que los niños y las niñas sean más independientes y responsables de su cuidado personal. Lavarse las manos, cepillarse los dientes, peinarse, vestirse o guardar su desayuno para el colegio.
- Cuidar de su casa. Limpiar es una de las destrezas y actividades más importantes dentro de la vida práctica. Desde poner la masa, lavar los platos, barrer, limpiar el polvo o regar las plantas.
- Cortesía y amabilidad. Este tipo de actividades no son tangibles, sino que se trata de aprender a mostrar la gratitud y amabilidad. Dar las gracias, pedir las cosas por favor o esperar el turno para hablar.
Si observamos con detenimiento los movimientos de cada una de estas tareas cotidianas, podremos comprobar que implican concentración, coordinación, la destreza de completar la tarea con secuencias lógicas y terminarla. Por lo que los niños, mientras friegan, barren, se lavan los dientes o doblan calcetines, aprenden a trabajar con confianza, seguridad, calma y sintiéndose orgullosos de sus esfuerzos. Y todo esto conlleva un refuerzo de la autoestima de los niños y niñas, algo tan importante y valioso para su desarrollo personal.
- Emparejar y doblar calcetines
- Doblar pequeñas toallas
- Busca conjuntos de escoba y recogedor pequeños, bien de mano, o también puedes encontrar réplicas de los de adulto, pero para niños.
- Guardar los cubiertos en el cajón. Les permite clasificar y ordenar.
- Poner la mesa. Todo un ejercicio de orden y coordinación.
- Recoger la compra
- Guardar la ropa
- Limpiar con una esponja
- Regar las plantas. Involucrándoles en la responsabilidad del cuidado de un ser vivo
- Limpiar el polvo
- Servirse agua
Estas son algunas ideas de actividades de vida práctica Montessori para niños. Y siempre debemos recordar que los niños están aprendiendo, por lo que debemos bajar las expectativas del resultado de la tarea. Lo importante y fundamental es que están adquiriendo un hábito, están participando de la vida familiar y se encuentran desarrollando y fortaleciendo habilidades y destrezas para su desarrollo cognitivo e intelectual.
Así que no esperes que las toallas están perfectamente dobladas, ni el mueble limpio de polvo por completo. Necesitarán de tu paciencia y refuerzo positivo. Acompáñale con calma.
No todo el aprendizaje viene de actividades matemáticas o de lectoescritura. La vida cotidiana está llena de retos y conocimientos prácticos para los niños. Ahí radica la importancia de las actividades de vida práctica Montessori.
Facilita al niño seguridad en sí mismo, para realizar tareas de manera independiente ya que ha adquirido las correspondientes habilidades y destrezas para realizarlas solos. Y, además, les enseñamos que su ayuda en casa es muy valorada con lo que alentamos el sentimiento de pertenencia.