De vez en cuando hay cierto tipo de artículos que se hacen virales gracias a las redes sociales. Y, entre ellos, sobre todo, juguetes. Juguetes como el famoso pulpito reversible .
Pero, además del monstruoso muñeco azul, en las últimas semanas hay otro gran protagonista en los TikToks y cuentas de Instagram: el cactus bailarín.
Un muñeco de peluche con un mecanismo dentro (funciona con pilas) y, entendemos, un pequeño micrófono que capta el ruido que tiene alrededor y, posteriormente, lo imita bailando y lanzando luces de colores. Como una especie de ‘loro’ mecánico que, además de imitar, baila al ritmo de algunas canciones que tiene en un pequeño disco en su interior.
Así explicado parece bastante gracioso pero, lo cierto, es que algunas familias están dándole al muñeco un uso un poco diferente al habitual: lo usan para calmar a sus bebés cuando lloran o tienen una rabieta. Eso sí, bebés de más de seis meses porque los graban mientras se asustan al ver al muñeco imitar su llanto y, por ende, terminan callándose (o llorando más).
Mientras los padres se ríen y graban la escena para, posteriormente, hacerla viral en TikTok o Instagram, ¿sus hijos están sufriendo?
El peligro de asustar a los bebés
“No me puedo creer que haya gente haciendo este tipo de cosas”. Así de tajante suela Mercedes Bermejo, psicóloga experta en infancia y adolescencia y directora del gabinete Psicólogos Pozuelo al preguntarle si es tan gracioso como parece poner a un bebé de seis o siete meses un cactus delante cuando llora.
“Obviamente, no, no lo es. El bebé expresa sus necesidades (también las afectivas y emocionales) a través del llanto”, cuenta. “Si nosotros, como padres, le ponemos delante un objeto cuando nos intenta transmitir su necesidad, le estamos enseñando que cada vez que llore tendrá que buscar un objeto para consolarse, porque el consuelo en nosotros no lo encontrará”.
La consecuencia de todo esto derivará en que el menor, posiblemente, desarrolle un mecanismo de defensa no adaptativo que no fomentará en absoluto la importancia del apego seguro, de recepción incondicional o de responsabilidad por parte de los adultos.
Entonces, ¿es mejor no utilizar el cactus bailarín?
No hay que ser tan tajantes. Con las indicaciones anteriores, no queremos decir que los niños no puedan jugar con un cactus bailarín, sino que hay que utilizarlos en momentos de ocio en los que estén receptivos y no en un momento crítico como es el llanto.
Como decíamos al principio, no se trata de un juguete que únicamente imita la voz: también canta y baila al ritmo de la música, por lo que puede, entre otros: