Puede que nunca te hayas parado a pensarlo, pero cuando cogemos un bebé en brazos, tenemos tendencia a cargar su cuerpo la mayoría de las veces sobre el mismo lado de nuestro cuerpo y, según un estudio, el lado escogido suele ser el izquierdo, con independencia de que seamos diestras o zurdas.
En esta elección, entran en juego los hemisferios cerebrales y el vínculo entre madre y bebé.
Cuestión de emociones
Según el estudio publicado en la revista Nature Ecology and Evolution realizado por científicos rusos, americanos y australianos en el que analizaron la lateralización en las interacciones madre-bebé en diversas especies mamíferas, comprobaron que la razón de que exista una preferencia por el lado izquierdo para cargar a las crías o los bebés es una cuestión de emociones. En el hemisferio derecho del cerebro se encuentran las emociones, es el hemisferio relacionado con la parte social, con el reconocimiento facial y con la capacidad de procesar emociones y las proyectamos en el lado izquierdo, es decir, sabemos que las funciones motoras de nuestro lado izquierdo están controladas por el hemisferio derecho del cerebro y las del derecho por el hemisferio izquierdo, por eso tendemos a coger a los bebés hacia el lado izquierdo, de manera que estén siempre en contacto con nuestro lado más emotivo. Es decir, sostener al bebé sobre el lado izquierdo permite a las madres interpretar mejor las necesidades del bebé y reforzar su vínculo con él.
Las madres, según este estudio, no solo cargan a los bebés sobre su lado izquierdo, también les acunan y mecen sobre el mismo. Esta tendencia hacia el lado izquierdo no se ha demostrado solo en mamás: las niñas pequeñas al jugar con muñecos, también suelen colocárselos hacia ese lado. Esta tendencia también parece observarse en los hombres que han sido papás.
En el estudio se analizó esta tendencia en humanos, pero también en otras diez especies de mamíferos marinos y terrestres y también se observó esa preferencia: en el caso de los animales, cuando las crías eran demasiado grandes para ser cargadas por sus madres o eran especies en las que se desplazaban solas desde el principio, parecían ser ellas las que mantenían cerca a sus madres de su lado izquierdo.
Estos hallazgos demuestran que se trata de un comportamiento evolutivo para reforzar el vínculo madre-hijo.Una conexión instintiva y de gran poder.
Un estudio anterior, de 2004 y elaborado por el departamento de psicología de la Universidad de Sussex ya sostenía que entre el 70 y el 85% de las mujeres cargan a sus bebés sobre la cadera izquierda. Se puede pensar que la razón es porque hay más gente diestra que zurda y al sostener al niño sobre el lado izquierdo dejamos libre el brazo derecho para poder desenvolvernos mejor, coger cosas, realizar tareas mientras tenemos al bebé en brazos, etc... que también es cierto, pero en este porcentaje que comentamos también se incluyen mujeres zurdas, razón por la que estudiar la preferencia de coger al bebé hacia ese lado era necesario. Ya que muchas mujeres, siendo zurdas, también sujetan a sus bebés con el brazo izquierdo y lo cargan sobre la cadera izquierda, dejando libre el brazo con el que no se desenvuelven de manera natural.
Otras causas
También se han apuntado otras causas que explicarían esta preferencia para cargar a los bebés sobre el lado izquierdo. Algunas teorías apuntan a que es en este lado del cuerpo en el que se encuentra el corazón y, por instinto, colocar a los bebés cerca del mismo hace que vuelvan a sentirse protegidos, escuchando sus latidos como cuando estaban en el vientre materno, lo que les ayuda a calmarse.
No obstante, cargar al bebé sobre el lado derecho o alternar ambos lados es totalmente normal y no es señal de nada que deba preocupar. Como hemos visto, en el estudio se reflejan porcentajes mayoritarios, pero no es el 100%, por lo que siempre hay excepciones, sobre todo cuando se trata de intercambiar ambos lados, ya que hay una razón muy básica para hacerlo: el bebé pesa y nos cansamos.