Si tu hijo te interrumpe mientras hablas todo el tiempo, prueba a hacer lo siguiente
Los peques no tienen la habilidad de esperar para compartir, pero se puede trabajar con ellos para que la adquieran.
Los niños y las niñas interrumpen conversaciones ajenas. Lo hacen continuamente porque no saben lo que implica: si es de mala educación o no, lo que puede desesperar y molestar a los adultos que así sea, etcétera. La clave para que dejen de hacerlo está en su madurez, pero hay que ayudarles a gestionar estas situaciones y a entender por qué deben esperar su turno para hablar.
Hay peques con más problemas con las habilidades sociales y otros que rápidamente entienden los códigos adecuados de las mismas. Pero, en general, los niños y niñas no evalúan la situación, sino que hacen aquello que les pide el cuerpo en cada momento. Al fin y al cabo, interrumpen porque no tienen esa habilidad desarrollada para tener paciencia y esperar. Son impulsivos por naturaleza. Da igual que el mensaje que quieren compartir no tenga importancia; para ellos sí la tiene y necesitan contarlo cuanto antes.
¿Qué se puede hacer?
Se puede trabajar con ellos el desarrollo de esta habilidad. No de manera específica, sino a través de situaciones rutinarias que se dan constantemente.
Carmen Esteban, psicóloga y divulgadora en el perfil de Instagram @mipsocologainfantil, lo analiza en un post muy interesante cuyo contenido compartimos a continuación.
Explica la autora de Bienvenida adoles(i)encia los errores más habituales que los adultos cometemos cuando un niño o niña nos interrumpe. “Seguro que has probado a ignorarle o enfadarte, contestarle mientras le dices que no te vuelva a interrumpir nunca más, y a hacerle caso unas veces sí y otras no”, dice. No funciona ninguna de ellas según la psicóloga —y según todos los padres y madres que estéis leyendo y esto, ya que lo habréis experimentado en primera persona—.
Ignorar o enfadar no funciona a largo plazo “porque solo genera más rabia al niño”, explica la especialista. Contestarle de manera autoritaria exigiendo que no lo vuelva a hacer tampoco, ya que “lo que dices no se ajusta a la realidad con lo que haces y terminan quedándose con lo que haces”, añade. Es verdad que nosotros los adultos también interrumpimos de vez en cuando. Y en lo que respecta al refuerzo intermitente; esto es, hacer caso a veces sí y a veces no, Carmen Esteban señala que es “superadictivo y por eso los peques seguirán probando cada vez más hasta obtener la respuesta deseada”.
“Esto está clarísimo”, pensarás. Pero, “¿qué puedo hacer para que funcione?”. Carmen Esteban propone los siguientes consejos para cuando se produzca una interrupción por parte de uno de los peques de la casa:
- “La primera vez hazle caso pero sin darle una respuesta a su pregunta”, recomienda la psicóloga. Tendrías que decirle algo parecido a esto: “Cariño, ahora estoy hablando, cuando acabe de hablar, te contesto”. Díselo siempre con un tono de tranquilidad.
- Si sigue insistiendo, Carmen Esteban aconseja darle la mano a tu hijo/a mientras sigues escuchando a la persona con la que hablas “para que sepa que eres consciente de que está ahí”.
- Al terminar de hablar, es esencial cómo te dirijas al peque. Esteban comparte un mensaje estándar que es adecuado: “Ahora ya he terminado de hablar. Dime cariño”.
- En el caso de que el niño o niña se haya ido mientras hablabas con la otra persona, “búscale y pregúntale qué quería para que vea que estabas escuchándole”, dice la experta.
- Siempre que espere su turno y no interrumpa, es fundamental reforzar su conducta.