El nacimiento de un bebé prematuro conlleva un sinfín de preguntas y dudas que se plantean los padres, desde el hospital hasta la llegada del pequeño a casa. Por esta razón queremos compartir con vosotros estos consejos que os ayudarán a vivir esta situación con mayor tranquilidad y que os permitirán conocer y atender mejor a vuestro recién nacido.
En la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN)
1. Preguntad todas vuestras dudas al médico o a los enfermeros. Ellos os explicarán todo lo que necesitéis saber sobre el comportamiento del niño y los tratamientos que se van a realizar. Así vosotros estaréis más seguros y transmitiréis esa sensación a vuestro hijo.
2. Los órganos vitales y sistemas de los bebés prematuros no se han desarrollado completamente antes del nacimiento, lo que puede causar diferentes problemas de salud: cardíacos, neurológicos, infecciosos o respiratorios… Los distintos médicos especialistas, mediante un seguimiento adecuado, irán dando pautas para el abordaje de todos ellos.
3. Debido a la inmadurez anteriormente comentada, los profesionales sanitarios que forman parte de la UCIN y que cuidan al recién nacido en diferentes momentos son muchos como, por ejemplo, el obstetra, el neonatólogo, el pediatra, el fisioterapeuta, el cardiólogo, el endocrinólogo o el hematólogo. Preguntad vuestras dudas y no os alarméis con la cantidad de médicos, están ahí para asegurarse de que vuestro bebé está perfectamente atendido.
4. Al principio el recién nacido prematuro parece frágil e inmaduro pero, a medida que vaya creciendo y aumentando su peso y su altura, se irá pareciendo más a un bebé nacido a término.
5. Los padres veréis a vuestro hijo rodeado de cables y aparatos pero no os asustéis, ya que la mayor parte de ellos lo único que hacen es ofrecer información sobre el estado del bebé a los profesionales de la UCIN. Otros son procedimientos sencillos que no causan dolor y que sirven para facilitar las funciones vitales.
6. La supervivencia de un niño prematuro desde las 23 o 24 semanas en adelante es viable. En cualquier caso, el médico debe informar a los padres sobre el pronóstico de su bebé. Para ello tendrá en cuenta y evaluará al bebé según la edad gestacional, que determina la madurez de sus órganos, el peso y la presencia de problemas graves al nacer.
7. Los niños prematuros presentan algunas necesidades específicas para las cuales necesitan el apoyo de sus papás: cambios de postura para evitar las rigideces y facilitar su desarrollo motor, favorecer un entorno óptimo con un ambiente tranquilo y evitar las infecciones. Para ello, debéis lavaros las manos con jabón antes de entrar en contacto con él, utilizar mascarilla en el caso de estar enfermos y, en ocasiones, llevar una bata especial encima de la ropa.
La piel del bebé nacido prematuro
8. La piel del neonato tiene unas características especiales y es más delicada que la de un bebé nacido a término. La capa externa está poco desarrollada por lo que necesita cuidados especiales tanto en el baño como con masajes, además, se debe controlar su temperatura y cuidar la ropa que le ponemos. El lanugo, que es la capa de vello muy suave que recorre todo el cuerpo del bebé, se irá perdiendo poco a poco.
9. El contacto piel con piel es un medio eficaz para que el niño crezca y se desarrolle correctamente. Aunque dependerá de su estado, y de la valoración médica, el poder aplicar este “método canguro” es una manera de crear un fuerte vínculo entre padres e hijos.
Alimentación de los niños prematuros
10. Debido a la inmadurez de los reflejos de succión y deglución, la nutrición en el primer día se inicia por vía intravenosa en forma de agua y glucosa. Posteriormente se aportan proteínas, grasas y vitaminas hasta que pueda comenzar a tomar alimentos por vía digestiva, a través de sondas, y de ahí a poder pasar a la succión. La leche materna es indispensable, protegiendo al bebé de las infecciones.
Prevención de infecciones
11. Los bebés prematuros son más vulnerables a los virus, principalmente los que causan las infecciones respiratorias agudas (IRAs) como la neumonía, la bronquiolitis o la gripe. Entre ellas, las causadas por el Virus Respiratorio Sincitial (VRS) constituyen la primera causa de infecciones de las vías respiratorias inferiores en menores de 2 años. Por lo que es muy importante extremar la prevención en la época de mayor incidencia, de septiembre a abril.
12. El bebé podrá salir de casa cuando tenga la edad que corresponda a la fecha de su nacimiento a término. Es necesario evitar lugares con aglomeraciones y extremar la limpieza de las superficies y juguetes para que los virus no circulen, sobre todo en épocas epidémicas de infecciones respiratorias (otoño-invierno). Aquellas personas que estén resfriadas o padezcan alguna enfermedad infectocontagiosa no deben coger al bebé.
En el hogar
13. Cuando el bebé haya conseguido mantener su temperatura estable, no tener apneas o que sean muy breves, alimentarse por succión ( pecho o biberón), no necesitar oxígeno y haya obtenido un aumento de peso considerable, pesará entre 1.800 y 2.000 gramos, podrá irse a casa y empezar su nueva vida con su familia.
14. La llegada de un bebé prematuro a casa suele generar inquietud en los hermanos. Por ello es recomendable que los papás habléis con vuestros hijos, en un lenguaje entendible, sobre las características del recién llegado y sus necesidades. Además es importante que pasen tiempo con el recién llegado y que se les enseñen fotos de su nuevo hermanito, haciéndoles partícipes de su cuidado.
15. Una vez en casa no se debe fumar ni recibir muchas visitas. Además, es recomendable que la habitación del bebé tenga luz natural y ventilarla diariamente. La temperatura de su cuarto debe permanecer en torno a los 20ºC, para que sea agradable, y con cierto grado de humedad. Para seguridad del bebé, dormirá boca arriba y sin almohada en una cuna con barrotes de menos de 6 cm de distancia.
16. Los bebés prematuros van evolucionando en su desarrollo según pasan los días y meses. Aunque al principio no sepáis comprender la expresión corporal, movimientos, respiración, llanto o patrones de sueño de vuestro bebé, iréis aprendiendo a conocer mejor sus necesidades.
17. Durante las primeras semanas en casa el prematuro pasará casi todo el día durmiendo, normalmente entre 15 y 22 horas al día. Los padres debéis facilitarles el sueño en un ambiente muy tranquilo, de la misma forma que se hacía en la UCIN.
18. Los niños prematuros pueden llegar a llorar durante una media de 6 horas al día si están intranquilos. Para calmar a vuestro hijo, tendréis que aseguraros de que no tiene hambre, no necesita un cambio de pañal y no está enfermo. Una forma muy eficaz para tranquilizar al bebé es cogiéndolo para que pueda ver al padre o la madre, o colocarlo en el pecho.
19. La ropa del bebé debe ser amplia, cómoda, ligera y de algodón. No es aconsejable que las prendas tengan cordones o lazos. La ropa de cuna debe ser ligera y lavarla con jabón neutro sin añadir lejías ni aditivos. Además, cuidad de no abrigar al bebé en exceso: para comprobar que no suda tocadle el cuello y la espalda.
20. El baño debe realizarse de forma tranquila, en un lugar cómodo. Se trata de un momento de interacción entre los papás y el bebé, una situación de contacto directo con vuestro hijo, por lo que es recomendable que estéis presentes ambos padres.
Fuente: FNAP (Federación Nacional de Prematuros)