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Clase magistral de yoga con niños: autocontrol, autoestima y concentración

Nos colamos en una clase de yoga para niños del Espacio Físico (Madrid). El yoga desde edades tempranas tiene múltiples beneficios: autocontrol, autoestima y concentración. ¿Queréis ver qué hacen los niños en una clase de yoga?

El yoga promueve la salud física y la vitalidad, y en el entorno infantil se convierte en una actividad saludable y divertida, donde los pequeños aprenden herramientas para mantener su equilibrio y armonía creando una buena base para que, en el futuro, disfruten de una vida adulta alegre y saludable. Las clases de yoga para niños son muy distintas de las clases de adultos. Aunque se hacen posturas de yoga, secuencias como saludos al sol, ejercicios de respiración, técnicas de relajación y meditación, se incluyen variedad de actividades que las hacen más enriquecedoras. Siempre el propósito es apoyar el potencial que reside en cada niño y ayudarle a florecer en las habilidades que más le cuestan.

Las clases de yoga para niños se caracterizan por su contenido creativo, variado y divertido. En Espacio Físico (Avda. del Mediterráneo, 9 Madrid), la profesora Jennifer Romero nos permite entrar en una clase para comprar como disfrutan los pequeños en esta práctica. Lo más interesante de empezar desde pequeños es que estos beneficios que cualquier adulto puede experimentar con el yoga, el niño las integra en su cuerpo y en su vida como un juego.

¿Cómo son las clases de yoga para niños? Durante las clases, los niños ejercitan el hacerse conscientes de su respiración y logran sincronizarla con los movimientos de su cuerpo. Así descubren su propio ritmo y por medio de las asanas (de las posturas) conectan su ritmo al ritmo de la naturaleza. Cada niño crece conociéndose a si mismo y sabiendo vivir la vida de forma feliz.

De hecho en un colegio estadounidense reemplazaron los castigos por el yoga y la meditación, y después de varias pruebas han comprobado los efectos que tienen estas disciplinas sobre los alumnos más problemáticos. Los responsables del colegio han probado esta iniciativa en una aula agradable y colorida, en lugar de hacerlo en una clase vacía y con mal aspecto.

El objetivo que se perseguía era que los niños con mal comportamiento pudiesen disfrutar de “un momento consciente” y hagan ejercicios de meditación y respiración, que correrán a cargo de un psicólogo. Pero aunque parezca mentira, este aula también está abierta para los alumnos que tengan buen comportamiento, que también se merecen su momento de relax. Es posible utilizarla en la hora del recreo.

Eso sí, las clases para que los niños deben ser divertidas al mismo tiempo que tomen conciencia de su cuerpo, su respiración y sus emociones, menzclando sus posturas, juegos y cuentos para que sea una actividad estimulante.

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