¿Has oído hablar de la acetona? Quizá es la respuesta a por qué tu hijo presenta un mal aliento desde por la mañana -muy parecido a una manzana en mal estado- y a por qué tiene fiebre, dolor de tripa, sensación de vómito y dolor de cabeza, entre otros síntomas.
Lo cierto es que alrededor de la acetona hay algunos mitos que analizamos a continuación y que te ayudarán a conocer más sobre ella.
¿La acetona es una enfermedad?
Lo primero que debemos saber es que no es una enfermedad como tal, es más bien una respuesta que tiene nuestro cuerpo como defensa natural.
Cuando el organismo detecta que la glucosa se encuentra en niveles bajos, como alternativa recurre a las grasas, las que no se queman como deberían y producen tres sustancias. Una de esas sustancias es la que se llama acetona. Por tanto, podemos decir que más que enfermedad es como un trastorno del metabolismo. No obstante, si el problema para transformar la glucosa en energía se debe a la diabetes, sí que podríamos considerar la acetona como una consecuencia de la enfermedad.
¿La acetona es nociva?
Cuando los niños presentan una elevada acumulación de acetona en la sangre, pueden presentar un mal olor en la orina y en el aliento (de hecho, es característico el aroma que produce, es parecido a una manzana podrida). Asimismo, también puede producir inapetencia, malestar general, vómitos, irritabilidad, somnolencia, ojeras, dolor de cabeza, lengua seca, fiebre…
A la respuesta, por tanto, a si es nociva, lo cierto es que si se presenta en grandes dosis sí que puede ser tóxica para el organismo. Además, tras tratarla, si se mantiene más de 24 horas podría ser un signo de otra enfermedad más grave como hipertiroidismo o diabetes.
¿Desaparece sola o es necesaria medicación?
La acetona debe tratarse, pero no precisa de medicación. Para ello, lo que podemos hacer es ofrecer al pequeño que la padezca zumos con azúcar, alimentos ricos en glucosa y fruta. También podemos darle sueros hechos de forma casera y por supuesto eliminar las grasas de su dieta. Aquí puedes ver más detalladamente cómo tratarla.
¿Es bueno ofrecer agua con bicarbonato?
Bajo ninguna circunstancia debemos dar al niño agua con bicarbonato. Como decimos, lo mejor es ofrecer un zumo o manzanilla edulcorados con azúcar y miel, y a pequeños sorbitos para evitar los vómitos.
¿Cuándo hay que acudir al médico?
Por lo general, la acetona dejará de mantenerse alta cuando el niño empiece a comer de manera equilibrada. En la mayoría de casos, los síntomas son leves y con unas pautas de alimentación correctas suele desaparecer por sí sola.
Será necesario acudir al pediatra en el caso de que la acetona se siga manteniendo elevada y ya se haya adoptado una dieta correcta. También cuando presente signos de deshidratación (ojos hundidos, mucosas secas, respiración rápida, somnolencia excesiva…) o cuando no tolere los líquidos por vía oral. En esos casos lo mejor es ir al médico para descartar una alteración metabólica como el hipertiroidismo o la diabetes que deben detectarse lo antes posible.
Por ejemplo, con la diabetes se produce un déficit de insulina, que es la que permite que la glucosa pueda entrar en las células. Por ello, si los niveles en sangre son altos aparece la hiperglucemia, y como el organismo debe usar como medio alternativo las grasas, también se eleva la acetona (la que en casos graves produce cetosis o cetoacidosis).
Aquí puedes ver más información acerca de las causas de la acetona, cómo detectarla y cómo tratarla.