Acetona en los niños: ¿cuándo aparece y qué síntomas presenta?
Aunque a veces se cataloga como enfermedad, la acetona es más una señal de que hay un mal funcionamiento del organismo como resultado del bajo nivel de glucosa. Suele ser frecuente en la infancia y suele reflejarse con un mal aliento, cansancio o malestar digestivo. ¿Crees que el peque la puede estar padeciendo? Esto te interesa.
Los más pequeños necesitan entre tres y cuatro veces más glucosa que los mayores, sin embargo, las provisiones de azúcares complejos que se encargan de suministrar energía de larga duración, en los niños se acaban antes que en las personas adultas. Y con ello ¿qué hace el organismo de un menor ante esta circunstancia? Recurrir a las grasas para seguir produciendo energía.
El problema está en que, al quemarlas, tales grasas fabrican tres sustancias que son llamadas cuerpos cetónicos y son los siguientes: el ácido acetoacético, el ácido beta-hidroxibutírico y la acetona.
La acetona es una sustancia que cuando entra en contacto con el aire, emana un aroma fácil de identificar y que se parece al de una manzana podrida. No es una enfermedad en sí, sino un signo que refleja que ha habido una disminución de azúcar en el organismo. Además de ese olor, otros síntomas que pueden aparecer son dolor de tripa, ojeras, fiebre, vómitos, dolor de cabeza y lengua seca y cubierta de una pátina.
¿Crees que tu hijo puede estar padeciendo acetona? Toma nota de cómo detectarla y de cómo tratarla en caso de que así sea.
¿Cuándo aparece?
Algunas situaciones fomentan la acetona en los niños. Estas son algunas de ellas:
- Al permanecer en ayuno bastante tiempo.
- Por el contrario, al comer mucho y de forma desequilibrada muchas grasas como, chocolate, fritos, nata...
- Al tener fiebre alta de forma prolongada.
- Al someterse a un gran esfuerzo físico de manera intensa.
- Al vomitar y, en ese caso, al expulsar la reserva de azúcares. En algunas ocasiones puede ocurrir que los cuerpos cetónicos alcancen niveles muy altos y la presencia de la acetona lleve al pequeño a devolver.
¿Cómo detectarla?
Los cuerpos cetónicos se eliminan de dos maneras: con la orina y a través del aire que se expulsa de los pulmones. Para identificarlos se puede utilizar el llamado stick urinario, un instrumento que se puede conseguir en farmacias y que reconoce la cetonuria.
El procedimiento que hay que seguir es mojar el stick con orina del pequeño (solo algunas gotas) y según haya acetona o no, ver si adquiere un color u otro.
- Si es positivo, habrá que considerar sugerencias dietéticas por unos 2 o 3 días.
- Si el resultado es negativo, pero tiene malestar, tendrá que acudir a su médico para que lo valore. Normalmente si se come de equilibradamente es raro que se mantenga alta, no obstante, como decimos, llamar al pediatra puede ser lo mejor en caso de que los niveles asciendan.
¿Cómo tratarla?
Tanto para evitarla como para tratarla, la clave está en la alimentación.
- Para prevenirla es suficiente con tener una dieta saludable y regular.
- Cuando ya haya aparecido, una opción es darle al menor una manzanilla con una pequeña cucharada de azúcar o miel (esta solo a partir de 1 año) que deberá ir tomando a sorbos. Otra alternativa son los zumos de fruta.
- Si hay vómitos, o bien si se encuentra empachado por la ingesta de fritos o dulces, lo más conveniente es que siga en las próximas horas una dieta muy ligera. Esta debe basarse en alimentos ricos en carbohidratos complejos como patatas, pasta, pan y arroz y evitar la carne, los embutidos, dulces, fritos, chocolate y lácteos grasos. Pasado algo de tiempo, podrá añadir en su alimentación alguna tostada con miel o mermelada y algún yogur o leche descremados con azúcar.