Una madre y su hija de seis años han comenzado una aventura que es todo un ejemplo de superación y optimismo ante la vida. Y es que ambas están recorriendo lugares y viviendo experiencias inolvidables para crear una memoria visual en la pequeña antes de que pierda la vista por completo.
Catrina Frost y su hija Cailee viven en Arizona, pero su historia está dando la vuelta al mundo. Con tan solo 18 meses, Cailee fue diagnosticada con vitreorretinopatía familiar exudativa, una enfermedad degenerativa que provoca una progresiva pérdida de la visión hasta quedarse ciego.
Pero, tras el mazazo inicial, Catrina llegó a la conclusión de que no podía quedarse esperando que llegara el fatídico momento, “que podría darse en cinco años, en diez, o no llegar a producirse nunca”.
Una conversación con una amiga que había perdido la vista encendió la mecha de la esperanza en esta madre. Catrina comprendió que el mundo no era completa oscuridad para ella, sino que recordaba todos aquellos momentos que habían quedado grabados en su memoria visual.
Catrina y Cailee se pusieron, entonces, manos a la obra para redactar una lista con todos aquellos lugares y experiencias que querían vivir para crear así un banco de memoria visual para la pequeña.
Ir a Disneylandia, ver el océano, montar a caballo o ir juntas de acampada son algunas de las experiencias que ambas han grabado en su retina para siempre.
Y, mientras la pequeña crece, su lista ‘deseos visuales’ crece con ella, por lo que han creado una plataforma de crowfunding para quienes quieran ayudarles a completar su hazaña.
Cailee, además, ha empezado a implicarse en las charlas y seminarios sobre salud visual a los que acude con su madre e, incluso, ya ha pronunciado algún breve discurso en público.
Tal y como afirma su madre: “Ella es la que hace que esta familia siga adelante. Su segundo nombre es Joy (alegría) y ella eleva esto a la enésima potencia”.