La vida es un camino repleto de decisiones por tomar. Arriesgar, no hacerlo, aciertos, errores… En definitiva, ninguno estamos exentos de ello. Y al hilo de esta breve (y filosófica) introducción se encuentra la historia de una familia de New Hampshire (Estados Unidos) que se ha convertido en viral casi sin quererlo.

Lindsay y Lamar son padres de cuatro hijos, y cuando ella se puso de parto de este último, Lamar tuvo que tomar una decisión crucial: ir al trabajo o acompañar a su mujer en el nacimiento de su nuevo bebé. Él no quería dejarla sola en un momento así y decidió faltar a su compromiso laboral como guardia de seguridad en Salerno Protective Services. Hay que recordar que en Estados Unidos no se reconoce el derecho de paternidad.
Lamar ya se había ausentado el día anterior para acudir a la última revisión del embarazo. Aun así, quiso llamar a su jefe de nuevo para explicarle que su mujer estaba de parto y que debía faltar. Con lo que no contaba era con que el nacimiento del niño se retrasaría aún un día más. Ya no tenía más permisos para faltar y su jefe le negó la ausencia. Sin embargo, Lamar siguió inquebrantable en su decisión: estaría al lado de su mujer en el parto.
Y así fue. El niño nació sin ningún problema y la pareja se colmaba de felicidad por cuarta vez. No obstante, algo enturbió el momento feliz. Un mensaje del jefe de Lamar comunicándole su despido. Poco o nada podía hacer dado que la ley en EEUU es tajante al respecto. Es ahí cuando apareció la figura de algo menos que la ‘salvadora’ de la familia, Sara Persechino. Esta anónima se involucró en el caso hasta el punto de crear una campaña solidaria que puso a circular por las redes sociales.

El resultado fue totalmente inesperado: 12.000 euros de recaudación y una lluvia de ofertas de trabajo para un Lamar que estaba en el paro desde que decidiese tomar la decisión más difícil, pero a la vez gratificante de su vida.