¿Que me gustaría que todo fluyera más? Sí. Pero tengo que ser realista, y la organización y la planificación son claves en mi realidad familiar: con tres hijos, mucho trabajo, muchas extraescolares y unas agendas sociales por parte de todos los miembros de la casa que echan humo.
Así que igual que hice aquí, os desvelo otro método que estoy implementando en nuestra operativa familiar y del que estoy obteniendo muy buenos resultados: establecer tutorías semanales con mis dos hijos mayores para organizar y repasar sus tareas hechas y pendientes y que me expongan sus avances y preocupaciones.
En primer lugar hemos fijado una tarde de las dos que no tenemos extraescolares para cada uno, así ellos saben qué día deben tener aclarado y preparado todo su material: para explicarme qué están dando, qué tienen pendiente y qué dudas tienen, previamente tienen que reflexionar y organizar ellos esa información.
Yo, que soy muy teatrera, me preparo un café y adquiero un tono solemne para esta cita, los emplazo en la mesa del comedor y me aseguro de que sus hermanos estén entreteniéndose de una forma poco ruidosa, y les explico que esa reunión tiene para mí la misma importancia o más que las que tengo por trabajo.

Ellos, al menos de momento, como dignos hijos de su madre, están respondiendo con el entusiasmo y la novelería que esperaba, como si fueran a presentarme un informe anual, disponen sus apuntes, fichas y manualidades de forma organizada ante mí, para explicarme los distintos ejercicios que han realizado en los últimos siete días.
Normalmente descubro algún "terminar en casa" que sino fuera por esta tutoría se nos hubiera pasado por alto, o detecto algún punto débil en el que les animo a mejorar, pero sobre todo pongo énfasis en celebrar los avances y mejorías, siempre convencida del poder de mis palabras en sus avances como estudiantes y su confianza y autoestima.
En esta cita también hay tiempo para el cotilleo, "y Menganito -les pregunto- ¿cómo lleva esta actividad?" o paso a centrarme, previo aviso, en asuntos más relacionales, "¿has notado a alguien especialmente triste esta semana?"
Por lo general os animaría a todos a poner en práctica este método, porque no sólo me ayuda desde el punto de vista de organización, sino que se ha convertido en un ritual estupendo para pasar tiempo de calidad de uno a uno, dándole la importancia que merecen sus tareas y sus experiencias y relaciones en el colegio.
Me está dando entre risas y mal rollo pensar que, de perpetuarse esta práctica, para cuando todos crezcan no me quedarán días libres en la semana, igual tengo que empezar a plantearme apretar la agenda y darles cita a dos en un mismo día.