Preparar la mochila escolar puede parecer algo menor, pero no lo es. Una mochila mal preparada puede provocar problemas de espalda, fatiga e incluso disminuir la concentración en clase. El exceso de peso es el gran enemigo de la mochila escolar y lo ideal, según la OMS, es que no supere entre el 10% y 15% del peso corporal del niño.
Por eso, la mochila importa. Mucho más de lo que pensamos. Así que aquí van los objetos clave, con los que tu hijo debería ir a clase cada día. Porque no todo está en la lista de materiales del cole, y porque un niño bien preparado aprende mejor, se siente más seguro y gana en autonomía.
Una botella de agua (y no solo por si tiene sed)
El cerebro está compuesto en un 75% por agua aproximadamente. Estudios realizados muestran cómo la deshidratación leve puede reducir la memoria a corto plazo, el tiempo de reacción y la atención en niños. ¿La solución? Una botella de agua reutilizable, ligera, a prueba de fugas y que se pueda abrir fácilmente.
Además, elegir una botella bonita o decorada puede, además de motivarles a beber más, evitar las de un solo uso que no solo contaminan, sino que pueden liberar microplásticos si se reutilizan.

Un snack saludable para acompañar durante el recreo
Después de las horas de sueño, el cuerpo necesita la energía del desayuno para empezar las actividades del día, y la fata de esta energía se traduce en falta de concentración y bajo rendimiento físico e intelectual. La Asociación Española de Pediatría promueve el consumo de alimentos saludables tanto en las comidas regulares como en los tentempiés. Por eso, si hay muchas horas entre el desayuno y la comida, se incluya una merienda durante el recreo. Este pequeño break es el momento ideal para incluir un desayuno acompañado con una pieza de fruta o unas galletas integrales.

Material escolar bien elegido. Menos es mas
Llevar diez bolígrafos de colores, tres cuadernos por asignaturas y dos estuches no hace que aprendan más. De hecho, puede agobiar. Por eso, te recomendamos algunos materiales básicos pero funcionales:
Un cuaderno o varios con separadores.
Estuche con lo justo: Lápiz, bolígrafo azul y rojo, goma, sacapuntas y subrayador.
Una agenda escolar para que pueda anotar los deberes o recordatorios importantes de la jornada.
Kit de higiene personal y alguna prenda de emergencia
Desde la pandemia, muchos niños han incorporado el gel hidroalcohólico a su día a día, pero hay más cosas que pueden incluir para cuidarse y sentirse más seguros:
Pañuelos de papel
Bálsamo labial
Toallitas húmedas
Kit menstrual, en el caso de que corresponda
En días excepcionales, cuando comienza la menstruación o por si te mojas, es útil llevar una muda extra de ropa interior o incluso de camiseta. No hace falta llevar todo el armario, pero sí tener un pequeño “plan B” en la mochila, evitando que un imprevisto arruine el día. Como ya venimos mencionando en el artículo, no es cuestión de sobrecargar la mochila, pero sí de estar preparados aunque no lo llevemos todos los días, tenerlo en cuenta para momentos circunstanciales. Aquí te recomendamos las bolsas de muda para la guardería más bonitas y prácticas de mercado.

Un sistema de organización. No vale meter todo a presión
La ciencia del orden también tiene su espacio en la mochila. Según expertos en neuropsicología infantil, el caos físico genera ruido mental. Enseñar a los niños a organizar su mochila por compartimentos, como los libros, el estuche, la comida u objetos personales les ayuda a desarrollar funciones ejecutivas como la planificación, la memoria de trabajo y la toma de decisiones.
Los más detallistas pueden ayudarse a organizar su mochila con etiquetas o colores, para establecer un sistema de organización visual que les facilite el orden. Por ejemplo: “tecnología” o “higiene”.
Un objeto de apego, no tiene por qué ser un juguete
No siempre tiene forma física, pero es igual de importante. Puede ser una nota o frase de motivación personal o un llavero especial, un dibujo o incluso una pulsera que les recuerde que alguien los quiere. Sobre todo en las primeras etapas escolares o en momentos de cambio, estos pequeños amuletos tienen un impacto emocional bastante importante. Según estudios realizados, contar con un objeto de conexión estable mejora su capacidad para afrontar el estrés y adaptarse a nuevos entornos.
Un resumen de todo: mochila ligera, pero poderosa
Una mochila escolar no debería ser solo la bolsa para cargar libros, sino una herramienta de aprendizaje, salud y desarrollo. Prepararla con conciencia y sentido práctico es una oportunidad para que padres e hijos trabajen juntos en la autonomía, la organización y la prevención.
La próxima vez que toque revisar la mochila, acuérdate de estos imprescindibles. Si te acuerdas de alguno más, ¡mejor aún! Nunca está de más añadir un pequeño toque personal o algo que pueda hacer el día más cómodo y tranquilo. ¿Y cómo elegir la mejor mochila para un niño? Te damos algunos consejos y modelos.