El orden es el pilar para potenciar la inteligencia en los niños: por qué y con qué hábitos fomentarlo

Descubre por qué el orden es clave para potenciar la inteligencia infantil y cómo fomentarlo en casa con hábitos sencillos. Rutinas, ambiente y ejemplo: todo suma.
Dos mundos posibles: el caos que desconcentra o el entorno que potencia la atención y la calma.
Dos mundos posibles: el caos que desconcentra o el entorno que potencia la atención y la calma (Midjourney _ RG)

Cuando hablamos de potenciar la inteligencia de nuestros hijos e hijas, solemos pensar en libros, actividades estimulantes o clases extraescolares. Pero hay un ingrediente silencioso y poderoso que muchas veces pasamos por alto: el orden. No nos referimos al orden como limpieza o rutina, que también es interesante cultivarlo desde la infancia, sino como una filosofía de vida a gran escala, que estructura la mente, da claridad y multiplica las capacidades.

Esta idea del orden como primer pilar para potenciar la inteligencia en los niños y niñas no es nuestra, sino de profesionales especializados en la infancia y el universo de la mente como el psiquiatra Enrique Rojas, que lo explica con claridad en su libro 5 consejos para potenciar la inteligencia.

Desde su mirada, el orden es una herramienta que organiza tanto el exterior como el mundo interior de una persona. Y cuando lo incorporamos desde la infancia, se convierte en una brújula para tomar decisiones, aprovechar el tiempo y vivir con más serenidad.

Cultivar el hábito del orden es regalarles estructura, paz y capacidad de enfocarse.
Cultivar el hábito del orden es regalarles estructura, paz y capacidad de enfocarse (Midjourney - RG)

Claves para introducir el orden en la crianza

Tomando como punto de partida las ideas del citado experto, estas son las claves prácticas, los hábitos, para fomentar el orden como filosofía de vida desde las primeras etapas de la vida en los hijos e hijas.

Establecer un horario (y respetarlo con flexibilidad)

La base está en las rutinas. Levantarse y acostarse a la misma hora, organizar las tareas del día, saber cuándo se estudia y cuándo se descansa. Esta estructura basada en la regularidad no solo da seguridad, también mejora la concentración y la productividad. Cuanto más claro está el ritmo del día, más libres se sienten los niños para enfocarse en lo que toca.

Crear “rutinas positivas”

No se trata de llenar la agenda de actividades, sino de generar hábitos estables: preparar la mochila la noche anterior, ordenar la habitación antes de dormir, dejar lo que se usó en su sitio. Estos gestos repetidos, aunque pequeños, construyen grandes pilares de estabilidad emocional y mental.

Dejar espacio para el descanso

Tan importante como organizar es saber parar. Descansar no es perder el tiempo, sino una forma inteligente de cuidar la energía. Enseñar a los niños a desconectar, a relajarse o simplemente a no hacer nada durante un rato, es parte de un orden que también abraza el bienestar.

¿Qué dice una habitación sobre la mente de un niño? A veces, todo. El orden exterior refleja el orden interior.
¿Qué dice una habitación sobre la mente de un niño? A veces, todo. El orden exterior refleja el orden interior (Midjourney _ RG)

Orden en la cabeza y en el entorno: qué significa

Estos dos conceptos a los que se refiere Enrique Rojas en el citado libro son claves para entender el concepto de orden que aconseja fomentar en la infancia para potenciar la inteligencia de los niños y niñas desde pequeños. Los describimos a continuación.

Orden en la cabeza: metas claras, menos dispersión

El desorden mental muchas veces nace de querer hacer todo a la vez. Por eso, una parte fundamental del orden es ayudar a nuestros hijos e hijas a concretar objetivos, a enfocarse en una cosa por vez, a entender qué es prioritario y qué puede esperar. Con metas claras, teniendo claro qué se quiere, el esfuerzo se dirige mejor y la frustración disminuye.

Orden en el entorno: un reflejo del estado interior

Puede parecer superficial, pero la habitación de un niño o niña dice mucho sobre su mundo interior. Un espacio ordenado invita al juego tranquilo, al estudio enfocado, al descanso reparador. En cambio, un caos constante puede ser señal de desorganización emocional o mental. Por eso, enseñar a ordenar no es una manía de adulto, es un acto de cuidado y de autocuidado del que obtendrán mucho beneficio a lo largo de toda su vida.

Esta idea de orden en el entorno conecta con la esencia del método Marie Kondo, quizá el más famoso que existe si hablamos de orden. Kondo aboga por lo que es una lección importante en la vida: aprender a desprenderse de lo que no nos hace falta o incluso estorba.

Acumular por acumular genera ruido. En cambio, vaciar un cajón, clasificar papeles o donar lo que ya no se usa puede tener un efecto liberador. El orden también es eso: saber qué merece quedarse y qué es mejor dejar ir. En este sentido, puede ser de ayuda el consejo de la “caja de recuerdos” de la experta en orden Vanesa Travieso.

Una misma habitación, dos realidades: enseñar a organizar es enseñar a vivir con claridad.
Una misma habitación, dos realidades: enseñar a organizar es enseñar a vivir con claridad (Midjourney - RG)

El buen ejemplo: el mejor maestro

No hay discurso más potente que el de la coherencia. Si queremos que nuestros hijos e hijas aprendan a ordenar, debemos mostrarles cómo se hace con naturalidad. Desde nuestra agenda, nuestra casa, nuestras prioridades. El orden no se impone, se contagia.

Un niño o niña que aprende a organizar su tiempo, su espacio y su mente, es un niño que crece con herramientas para enfrentarse al mundo. El orden no encierra, al contrario: abre posibilidades, da dirección y multiplica la inteligencia.

Y lo mejor de todo: se cultiva desde casa, con hábitos simples y consistentes como los apuntados en estas líneas.

Referencias

  • Rojas, Enrique. 5 consejos para potencias la inteligencia, 2016.

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