Hay cosas que hacemos como padres y madres que no están bien. Y es normal porque no podemos saberlo todo, porque no siempre estamos a tope de energía física y mental y porque no todo lo que creemos que es bueno para nuestros niños y niñas lo es realmente. En esto último, la psicología nos lleva la contraria a menudo. Por ejemplo, con cosas que prohibimos o cohibimos a nuestros peques pensando que hacemos bien y, sin embargo, deberíamos dejar de hacerlo.
Le dedica un post divulgativo reciente a esta cuestión el psicólogo infantojuvenil Javier de Haro Berrio. Reconoce el experto “es normal” que caigamos en prohibir o coartar un poco determinadas cosas a nuestros hijos e hijas que en realidad deberíamos dejar ir para, en la medida de lo posible, intentar educar sin prohibir. “Hay veces que cuesta. Nos coge cansados, estresados o con cosas que hacer… por eso entiendo que haya veces que esto nos salga, pero por regla general, salvando estas excepciones, no deberíamos prohibirles estas cosas”.
Por “estas cosas” se refiere el psicólogo a una lista de cinco cuestiones que desarrolla a lo largo de su explicación audiovisual. En primer lugar, Javier de Haro se refiere a la negación, a cuando los niños y niñas nos dicen “no”. “En cualquiera de sus formas: no me gusta, no quiero…”, puntualiza.
Apunta al respecto el psicólogo que como padres y madres no deberíamos prohibir a nuestros peques “decir lo que no les gusta, lo que no quieren… en definitiva, saber decir que no cuando toca y como toca”. Y lo justifica porque considera que “es importante para saber defenderse, por ejemplo”.
La segunda cuestión en la que no dejamos expresarse con total libertad a los niños y niñas y deberíamos hacerlo, según Javier de Haro, es mostrar sus emociones. “Si queremos que aprendan a gestionar sus emociones, tienen que sentir emociones, ¿no creéis?”, reflexiona el psicólogo, que subraya la importancia de dejar que expresen emociones que tienen que ver con el llanto, el enfado y el sentir miedo. “Por esto no se llora, ¿a qué os suena?”, deja caer a modo de ejemplo de lo que solemos hacer en estos casos.

La autonomía y la exploración
El tercer aspecto que el experto en psicología destaca que los adultos deberíamos no prohibir a nuestros hijos e hijas son aquellas cuestiones que tengan que ver con el desarrollo de la autonomía personal.
“Por ejemplo, cuando se echa leche y se mancha y le decimos que nos lo pida a nosotros”, apunta Javier de Haro. Sobre este tipo de situaciones cotidianas, el psicólogo asegura que “está demostrado que saber hacer cosas, saber afrontar sus obstáculos, repercute directamente en su autoestima”.
En cuarto lugar, el psicólogo infantojuvenil aconseja no detener ni prohibir ni entorpecer la curiosidad innata de nuestros hijos e hijas. “Que un niño sea curioso, que le guste explorar y descubrir es tan sano como positivo para su desarrollo cognitivo”, expone Javier de Haro. “De hecho —añade—, hay que fomentarlo”.
En opinión del psicólogo, está demostrado que la inquietud y las ganas por descubrir y de explorar está muy relacionado con el desarrollo cognitivo, afectivo y personal”, de los niños.
La quinta cosa y más importante
Al comienzo de su explicación, el experto en psicología incide en que de las cinco cosas que no debemos prohibir a los peques esta última es la más importante.
Se refiere Javier de Haro a no dejarles ser ellos mismos. “Cada uno es como es, no como nos gustaría que sea”, dice el psicólogo. “Por supuesto que hay cosas que podemos mejorar pero la esencia de cada uno hay que protegerla”, agrega.
Para hacernos pensar, el psicólogo recuerda la posibilidad de que nuestros hijos e hijas también sientan, y tienen el mismo derecho que nosotros a ello, la necesidad o las ganas de cambiarnos a nosotros.
“No podemos pretender que sean copias de otros niños o que sean como a nosotros nos gustaría. Es bueno que tengan su esencia”, concluye.