Normalmente el amor que sentimos por nuestros hijos no se compara a ningún otro, y por ellos haríamos cualquier cosa. Sentimos lo que nuestros padres sintieron por nosotros desde que llegamos a este mundo. Pero también se empieza a entender la otra cara de la moneda: el amor de los hijos por los padres.
Cuando miras a los ojos de tus pequeños mientras te observan, es probable que percibas esa admiración y amor puro que tú sentías (y sientes) cuando miras a tus padres. El amor de los hijos a los padres es muy especial y único.
Tener hijos te permite sentir lo que es querer con todo tu ser a otro ser y saber que hay una persona en este mundo que te quiere más que a nada. Siempre estarás arriba en su lista de las personas importantes en su vida, y aunque la relación cambia con el tiempo (sobre todo en la adolescencia) es un amor que no desaparece.

Incluso para aquellas personas que antes de ser madres o padres les costaba mostrar sus sentimientos o sus emociones a las personas más cercanas en su vida, cuando se tienen hijos, ¡todo eso cambia!
Mostrarás tu amor y todo tu cariño a tus hijos cada día de tu vida ¡y a todas horas! Nunca te cansarás de abrazarles, de quererles, de decirles cosas bonitas... ¡todo te sabe a poco!
Si alguna vez te quedas mirando a tus hijos y descubres cómo te miran ellos a ti, sobre todo cuando son pequeños, descubrirás esa mirada de maravilla. Su mirada te dice sin palabras todo el amor que sienten por ti. Sus pequeños actos también te lo demuestran, como cuando te dice que te quiere antes de dormir o te da un dibujo que ha hecho pensando en ti.
Los niños son pequeños solo una vez en la vida, por ese motivo no desperdicies ese tiempo con quejas, malos modos o estando todo el día fuera de casa. Tus hijos te necesitan, necesitan que estés a su lado, que les quieras, que les abraces y que pases tiempo con ellos. Necesitan todo esto y mucho más para poder desarrollarse como seres emocionalmente estables.
Porque el amor que sienten por ti, cuando es correspondido de la misma forma, les hará sentirse seguros en este mundo caótico. Para un niño, su hogar estará dónde esté el amor de sus padres.