Existen muchos tipos de amor en la vida y diferentes tipos de lenguajes del amor. Todos son importantes, y el amor de madre suele considerarse uno de los más intensos.
La naturaleza sabe lo que hace desde el momento en que una mujer se queda embarazada. Aparece el instinto de protección desde que la mujer sabe que el resultado de su embarazo es positivo. Comienza a cuidar su salud de forma extraordinaria únicamente para que la salud de su bebé se fortalezca.
Son 9 meses de amor (aunque no siempre en el embarazo se experimenta felicidad) que se consolida en el interior de la mujer y que en cuanto sostenga a su bebé por primera vez sabe que ese amor incondicional. La oxitocina tiene un papel importante en todo este proceso de consolidación en el amor de una madre. La lactancia aumenta los niveles de oxitocina (aunque, por supuesto, no es fundamental para experimentar el vínculo y el amor).
Una madre feliz hará que su hijo lo sea también
La felicidad de la madre es importante en la felicidad de los hijos, y mantener la felicidad no es fácil cuando se inicia el camino de la maternidad. Verán en su madre un ejemplo de resiliencia, de afrontamiento de problemas, de lucha y perseverancia que le harán convertirse en un adulto responsable y feliz. Un niño necesita que su madre y su padre le muestren su amor cada día de su vida, que ambos progenitores sean un ejemplo a seguir en cada ámbito de la vida. Porque esos pequeños ojos tan bonitos, te observan todo lo que dices, pero sobre todo, todo lo que haces.
Ser madre te cambia la forma de ver la vida
Una madre es capaz de dejar todo de lado para cuidar a sus hijos, aunque la maternidad te cambie y tengas que construir tu identidad de nuevo. Si sus hijos la necesitan ella siempre estará a su lado, tengan la edad que tengan, hasta saber que son capaces de valerse por sí mismos… E incluso cuando sean independientes, una madre estará a su lado para escucharles y aconsejarles siempre que lo necesiten. Esta seguridad emocional es lo que ayudará a las personas a crecer y desarrollarse, porque siempre tendrán detrás el amor incondicional de una madre.