Lucía Galán es una de las voces más conocidas y respetadas en lo que se refiere a recomendaciones y consejos a la hora de criar a nuestros hijos y no solo en aquellos relacionados con la salud infantil que estarían dentro de su área profesional, sino también en aquellos asuntos de crianza, educación y relaciones familiares.
En una de sus charlas, Lucía contó como anécdota personal un recuerdo con una de sus hijas cuando la niña tenía solo cuatro años. Su hija quería la atención de su madre para contarle algo que para ella era interesante o importante, y Lucía pensaba que estaba atendiéndola lo suficiente aunque al mismo tiempo que la escuchaba, estaba con el móvil en la mano revisando cualquier tema pendiente, como nos pasa demasiadas veces a muchos de nosotros.
La paciencia de la niña llegó a su límite insistiendo en que su madre la atendiera al cien por cien hasta que la pidió que la escuchara con los ojos, “¡Mamá, qué me escuches con los ojos!” contaba Lucía entre sorprendida y arrepentida por el toque de atención que había recibido por parte de su hija, a lo que añadía que “no hay manera de impactar, de llenar esa mochilita de ellos de valores, si no lo ven en su casa. No hay otro secreto.”
En este sentido, recordar distintas estrategias educativas para educar con el ejemplo, nos puede ser de gran utilidad, para cuando estamos más distraídos de lo que nos gustaría mientras hablamos o escuchamos a nuestros hijos o hijas.

El ejemplo educa
Lo que ven que hacemos, aunque nosotros no nos demos cuenta de que nos están mirando en algunas ocasiones, les educa mucho más que lo que les decimos que tienen que hacer y eso es algo que deberíamos aprender los adultos con mucha rapidez.
“Quiero que mis hijos sean buenas personas, empáticas, sensibles, humildes, generosas, tolerantes” añade Lucía Galán, pero ¿cómo voy a enseñarles a que lo sean, como voy a enseñar a mis hijos a ser humildes, generosos o tolerantes, si no les doy el ejemplo en casa con mi comportamiento? se pregunta ella misma a raíz de la anécdota anterior.
Es importante “educar a nuestros hijos en la amabilidad, en dar las gracias, en mirar a los ojos, en escuchar de una forma activa, apagando el móvil” comenta Lucía mi pediatra. Pero para eso es importante no convertirte en un padre ausente de la vida de sus hijos aunque estés físicamente cerca de ellos.
Es importante, para darles una educación basada en la coherencia, el amor, el respeto y el diálogo que tengan todo eso en casa, en su día a día, en nuestro comportamiento como adultos, en nuestro ejemplo como padres y madres.

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