Mi hijo suda mucho por la noche: ¿es normal?
Si notas que tu hijo cuando duerme comienza a sudar excesivamente, mira aquí algunas razones que podrían explicarlo.
Sea verano o no, hay niños que sudan mucho mientras están durmiendo por la noche, tanto que, hasta acaban empapando la ropa y su propio pelo. Esto suele ser motivo de preocupación para los padres, pero lo cierto es que suele ser algo habitual en niños pequeños. Veamos las posibles razones que explican esta circunstancia.
¿Por qué pueden sudar los niños?
Para empezar, debemos tener en cuenta que hay funciones en nuestro organismo que ocurren de manera independiente, y una de ellas es precisamente la sudoración. Por ejemplo, cuando tratamos de conciliar el sueño, como el cuerpo reduce rápidamente su actividad para intentar dormir, necesita de menos energía, y una forma de reducirla es gracias al sudor.
Por otro lado, hay que considerar que cada peque es un mundo, y al igual que hay algunos más frioleros y otros más calurosos, unos sudan más y otros menos. Lo normal es que empiecen a sudar especialmente nada más dormirse, en la etapa inicial del sueño, para después dejar de hacerlo tanto, suele descender al cabo de una hora más o menos.
No obstante, sí que es cierto que hay algunas causas que pueden hacer que tu pequeño acabe sudando de más por la noche:
- Que haya un exceso de ropa en la cama. Ya sea con mantas, edredones o colchas, todas ellas pueden hacer aumentar la producción de sudor del niño. Además, de que, si el peque tiene cubrecolchones y es de un material no transpirable, también puede provocarlo. Asegúrate de no abrigar de más a tu hijo y mejor que utilice pijamas de tejidos que permitan la transpiración.
- Que haya un exceso de calor en la habitación en la que duerme. Es importante que el cuarto donde vaya a dormir el pequeño tenga una temperatura adecuada, por eso se recomienda ventilar la casa en las horas de menos calor, como a primera hora de la mañana o cuando anochezca.
- Que el peque haya pasado de una actividad muy enérgica a de repente un sueño profundo. Al haberse producido un cambio drástico de energía se genera un exceso de sudoración.
- Que el niño haya cenado una cena abundante y copiosa. Si el peque cena mucho, y encima se acuesta casi nada más comer, es normal que empiece a sudar, la propia digestión provoca esa temperatura de más.
- Que padezca apnea del sueño. La apnea del sueño es un trastorno que produce una parada en la entrada de aire de unos 20 segundos, es decir, hace que la respiración se detenga y recomience reiteradas veces. Si el peque la padece, sudará más, puesto que le cuesta más respirar.
- Que de por sí sea un niño que sude. Ten en cuenta que, si tu hijo suele sudar con facilidad, es más probable que también lo haga por la noche.
- Que el peque esté malito. Si el niño tiene fiebre y está en fase de bajada o padece alguna enfermedad respiratoria, cardiopatía congénita, reflujo gastroesofágico, dermatitis atópica o rinitis, entre otras, puede ser este el motivo que cause una mayor sudoración.