Mi hijo quiere ser el primero en todo siempre: qué hacer

¿Tu hijo quiere ser el mejor en todo? ¿Siempre quiere ganar? ¿Se enfada si pierde? Mira aquí algunos consejos para ayudarlo a superar esta actitud que puede llegar a ser perjudicial.
Mi hijo quiere ser el primero en todo siempre: qué hacer

Si tu hijo se enfada cuando pierde, siempre quiere ganar, ser el mejor en todo y no tolera sus errores, es probable que esté siendo demasiado competitivo. Por eso es importante que los padres enseñen a sus niños a sobrellevar la frustración. Vamos a ver algunas recomendaciones para ayudarles con su actitud.

Ser competitivo y tratar de mejorar es algo positivo, a todos nos gusta ganar y hacer las cosas lo mejor posible. Sin embargo, el problema llega cuando aparecen sentimientos negativos y no se aceptan los errores. De hecho, hay niños que pueden llegar a sentirse muy mal cuando no logran ser los mejores en todo.

Si observamos que un niño quiere siempre ser el mejor en absolutamente todo, lo primero que debemos hacer es pensar en su edad. Cuando los peques tienen entre 3 y 4 añitos, este tipo de conducta puede llegar a ser normal: están pasando por una etapa de su desarrollo en la que destaca el egocentrismo, es decir, que todo gira al alrededor de ellos.

No obstante, si un niño ya es más mayor, supera los 10 años y actúa así, es probable que sea porque está adquiriendo comportamientos competitivos y esto es fundamental vigilarlo porque puede ir evolucionando a más según el niño crezca. Algunos de los más comunes son los siguientes:

  • No acepta que puede perder o piensa que va a hacerlo y por eso prefiere ni siquiera jugar.
  • Se centra en ganar y en ser el primero más que en disfrutar de lo que está haciendo.
  • No tolera sus fallos y es perfeccionista en exceso.
  • Si pierde, suele echar la culpa a los demás.

¿Cómo actuar para ayudarle?

familia - Fuente: iStock

Como decíamos, si un niño es competitivo no tiene por qué ser malo, ya que esa actitud le va a ayudar a mejorar y a alcanzar sus objetivos en la vida. Sin embargo, sí es perjudicial cuando llega a obsesionarse y a tener problemas de autoestima, no tolerar la frustración y a estresarse. Si te has dado cuenta de que tu hijo puede estar viviendo esto, pon en práctica estos consejos:

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