Año tras año, las alergias respiratorias pueden hacer acto de aparición, incluso en pleno invierno. Y es que presentes todo el año en alfombras, peluches, sofás, tapetes o en la ropa de la cama, los ácaros del polvo son los únicos responsables del 50% de los fenómenos alérgicos.
En invierno, además, los alérgenos tienden a aumentar considerablemente, especialmente en el interior de nuestras causas, ya que calentamos y ventilamos las viviendas con menor frecuencia como consecuencia del frío, convirtiéndose así en un caldo de cultivo ideal para su desarrollo.
Pero, ¿sabías que, durante las fiestas navideñas, el árbol de Navidad (y otras decoraciones navideñas) también puede ser una causa común, aunque menos conocida?
Alergias a los árboles de Navidad
Los árboles reales pueden contener distintos elementos que pueden resultar perjudiciales para quienes tienen alergias respiratorias, ya que pueden contener polen, moho y polvo. A lo que se le suma que, además, algunas personas pueden tener alergias cutáneas por contacto con el terpeno, que encontramos en la savia de los árboles.
Cuando somos alérgicos al pino, hay otros tipos de árboles vivos que podemos escoger para decorar las fiestas navideñas que pueden no desencadenar sus síntomas tan molestos. En caso de no ser posible, podemos considerar la opción de elegir un árbol artificial.
De hecho, los árboles artificiales también pueden ser una causa directa de alergias respiratorias, dado que también pueden albergar moho y polvo. ¿Qué podemos hacer entonces?
Consejos útiles para decorar la casa con árboles de Navidad reales
Escoger un árbol apto para personas con alergias
Si el polen de pino es un desencadenante de alergia, y lo tenemos identificado, es posible optar por un árbol de Navidad de abeto o ciprés, que pueden convertirse en una excelente opción.
En este sentido, el ciprés de Leyland es una opción interesante porque se trata de un árbol híbrido estéril, de manera que no produce polen.

Agitando nuestro árbol
Si escogemos un árbol de Navidad natural, es posible pedir en la tienda que lo agiten muy bien con la ayuda de un vibrador de árboles mecánico, útil para eliminar las agujas muertas y retirar parte del moho y del polvo.
Limpiar y lavar el árbol
Antes de colocarlo en casa, también es posible rociar nuestro árbol de Navidad con agua en el garaje, y dejarlo secar durante toda la noche. Esto podría ser útil para eliminar parte del polen y del moho suelto que se encuentra en el árbol.
Optar por un producto para limpiar las verduras también ayudaría a eliminar una mayor cantidad de moho y polen que si utilizamos solo agua. No solo eso, igualmente ayudará a eliminar residuos de cualquier pesticida que se haya podido rociar en el árbol.
A último remedio: instalar nuestro árbol de Navidad fuera de casa
Si las alergias se interponen en nuestro camino, y no es posible colocar nuestro árbol de Navidad natural en casa, otra opción disponible es instalarlo fuera, por ejemplo, en el porche, en el balcón o en la terraza, especialmente si lo podemos ver desde dentro.
De esta manera, podríamos disfrutar del árbol, su decoración y sus luces, mientras permanecemos en el interior, alejados del polvo y el polen.
¿Y si optamos por un árbol artificial?
Limpiarlo
Como hemos visto, los árboles artificiales pueden contener mucha cantidad de polvo y moho, ya que pasan mucho tiempo guardados en cajas. Después de sacarlos del embalaje, podemos limpiarlos con un paño para el polvo, o lavarlos con una manguera en el jardín.
Debemos tener en cuenta que un árbol artificial también puede acumular incluso más polvo que las opciones naturales, sobre todo si hace años que lo tenemos. En todo caso, sería aconsejable que alguien de la familia que no tenga alergias respiratorias sea quien lo saque de la caja y lo limpie antes de colocarlo en casa.