Qué hacer si el niño se pierde
Con tres y cuatro años, los niños se despistan con facilidad en cualquier sitio. El primer paso es que entiendan que si se pierden deben quedarse quietos: mamá y papá les buscarán.
Autor: Teresa Pro
Cuando nos despistamos y no encontramos a nuestro hijo pasamos momentos de angustia, nos asusta lo que le pueda ocurrir a nuestro pequeño. Pero a pesar de nuestros esfuerzos por impedirlo, es normal que un niño de esta edad se pierda. ¡Hay tantas cosas que llaman su atención!
Extremar la vigilancia sin excesos
Los padres debemos extremar la atención, ya que el sentido del espacio, del tiempo y del peligro a los tres o cuatro años aún es muy limitado. Vigilar no quiere decir prohibir. Los especialistas insisten en la importancia de dar cierto margen para que el niño se mueva y aprenda por sí mismo sin caer en la sobreprotección. Lo ideal es estar alerta, pero sin exagerar, para que desarrolle sus propios recursos y, cuando crezca, se convierta en un adulto autónomo y feliz.
Se asustan y no saben actuar
Lo más aconsejable es buscarle en el lugar donde se haya perdido, porque cuando un niño se encuentra en una situación no conocida, suele llorar y quedarse quieto.
No funciona:
Enseñarle pautas básicas
Es necesario enseñarle unas pautas básicas para evitar que se pierda:
¿Qué hacer si se pierde?
No es igual perderse en un centro comercial que haciendo una excursión, de paseo por la ciudad o jugando en el parque.
Las zonas peatonales resultan mucho más adecuadas para que papás y niños paseemos despreocupados, pero si atravesamos una zona de mucho tráfico o movimiento, asegurémonos de que nos dan la mano y que sepan que nunca, bajo ningún concepto, deben cruzar solos una calle.
Qué hacer. En caso de no encontrarnos, no deben moverse del sitio donde nos perdieron de vista. Animémosles, eso sí, a hacerse notar como sea: que lloren o griten para conseguir ayuda será el primer paso para el reencuentro.
Para que no salgan corriendo de repente, lo mejor es que les cojamos de la mano o se agarren al carro de la compra. Hacerles partícipes, jugando a ser nuestros «ayudantes», por ejemplo, a la hora de introducir las cosas en el carro puede servir para mantenerlos entretenidos y cerca de nosotros.
Qué hacer. Los servicios de seguridad de los centros comerciales tienen protocolos de actuación para estos casos. El procedimiento habitual comienza cuando se da el aviso de la pérdida del niño. Cualquier miembro del personal notificará la situación al servicio de seguridad de forma inmediata, que desde ese mismo momento hará que todas las puertas de salida del recinto queden vigiladas. A partir de entonces solo tendrán que averiguar dónde se encuentra el pequeño. Una vez localizado, si es necesario, se informará por megafonía de su aparición.
Los parques, llenos de estímulos para los niños, son lugares donde es fácil que se desorienten. Lo fundamental en estos casos es que el pequeño sepa que bajo ningún concepto debe salir del recinto.
Qué hacer. Que avisen a cualquier mamá o papá con niños es un buen consejo. Eso sí, en el parque o donde sea, nunca deben aceptar sin nuestro permiso ningún regalo de desconocidos.
Si salimos al campo podremos olvidarnos de los coches que circulan a toda velocidad y de las aglomeraciones, pero no conviene relajarse demasiado. Llevar algo de fruta o queso e ir dándoselo poco a poco es suficiente para mantenerles cerca sin mayores esfuerzos. También es buena idea vestirles con colores llamativos.
Qué hacer. Insistirles en que nos esperen, sin moverse, donde nos perdieron la pista.
Para empezar, intentemos colocarnos, si lo hay, cerca del puesto de socorro. Un gorrito chillón también podrá ayudarnos a no perderles la pista. ¿Y si les compramos, además, unos divertidos manguitos? Ellos podrán presumir ante sus amigos, y nosotros ganaremos en tranquilidad.
Qué hacer. Hay que avisar cuanto antes al socorrista. En principio, las piscinas no suelen ser muy grandes, así que en cuanto veamos a un niño llorar... probablemente sea el nuestro.
¿Cómo actuar cuándo aparece?
Asesores: Departamento de relaciones externas deEl Corte Inglés. Lucila Andrés, psicóloga del Grupo Luria. Iker Laskibar, pedagogo.