¿Sabías que, en realidad, no existe una forma correcta o incorrecta de retirar o quitar una tirita? Lo cierto es que solo es cuestión de averiguar qué es lo que mejor funciona tanto para nosotros como para nuestro pequeño.
Aunque es cierto que existen algunas técnicas sencillas que muchos padres encuentran útiles, tales como remojar la tirita, lubricarla con un poco de jabón o aceite para bebés, usar una compresa caliente para derretir el pegamento o tener algo de paciencia.
Sea como fuere, incluso si lo hacemos rápidamente, quitarle una tirita al niño puede acabar siendo muy doloroso. Se puede convertir en un momento de temor en el que el niño termina corriendo por toda la casa mientras nosotros vamos detrás con la intención de intentar retirársela.
Por suerte, existen algunos trucos sencillos que pueden ser de muchísima ayuda. Y, en la mayoría de las ocasiones, todo lo que necesitamos es un poco de paciencia y disponer de algunos artículos domésticos comunes en casa.
Algunas formas y trucos sencillos de quitar tiritas a nuestros hijos
Por lo general, los vendajes deben cambiarse a diario. Y pueden quitarse una vez que el corte haya formado una costra. Con las tiritas ocurre algo similar. Y es que la cantidad de días que demore en curar una herida dependerá tanto de su ubicación como de su gravedad.
Las pequeñas raspaduras y cortes que encontramos en áreas menos propensas a mojarse o ensuciarse a menudo pueden curar antes que las heridas que son más grandes y / o que se encuentran en áreas de mayor fricción.
A continuación, te explicamos algunas formas sencillas de quitar las tiritas de tu hijo.
Retira la tirita siempre después del baño
¿Cuántas veces has intentado quitarle la tirita al niño antes de bañarse? Lo cierto es que, en realidad, habría que hacerlo después. Y es que bañar a nuestro hijo con la tirita aún intacta puede ayudar a limpiar el área circundante, y facilitar su extracción.
Esto es debido a que el agua debilita el pegamento o adhesivo de la tirita, lo que ayudará a que se caiga en la tina de la bañera o, posteriormente, se despegue más fácilmente cuando nos encontremos secándolo con la toalla.
Eso sí, recuerda que también es posible humedecer la tirita en cualquier otro momento sin necesidad de hacerlo en el momento del baño.

Crear una pestaña para mejorar el control de la tirita
Si decides arrancar la tirita rápidamente (por ejemplo, porque tu hijo/a siente temor al dolor cuando la retiremos), debemos asegurarnos primero de quitar un borde de la tirita. A continuación, es aconsejable tirar en paralelo a la piel de nuestro hijo, lo que hará que el pegamento o adhesivo se afloje, en lugar de continuar adherido a la piel.
Si nuestro hijo/a se encuentra ansioso o nervioso, debemos hacer que respire profundamente. Y, seguidamente, hacerle saber que le quitaremos la tirita en cuanto contemos hasta tres.
Debilitar el pegamento o adhesivo con aceite o un poco de jabón
Remojar un hisopo de algodón o una bolita de algodón en aceite para bebés, o en jabón, puede ser muy útil. De hecho, aunque no tengamos aceite para bebés, podemos usar vaselina o aceite de oliva (que seguramente tendremos en la despensa).
¿Cómo? Muy sencillo: frota con suavidad el líquido sobre la tirita hasta que se caiga. En este sentido, podrías probar si está funcionando simplemente retirando una esquina del vendaje, lentamente.
Disolver el adhesivo con alcohol
Suele ser uno de los remedios más tradicionales: frotar la tirita con un poco de alcohol isopropílico. Aunque esto puede resultar algo doloroso si la herida no se ha curado del todo, por lo que debemos andar con bastante cuidado.
Aún cuando el alcohol disolverá el adhesivo lentamente, es conveniente enjuagar muy bien el área una vez hayamos retirado la tirita, dado que el alcohol podría secar la delicada piel de nuestro hijo.