¿El agua con gas (carbonatada) es adecuada para los niños?

El agua es vital para nuestro cuerpo. Y para los niños lo es aún más. Aunque el agua mineral es una opción preferible, ¿es el agua carbonatada otra opción adecuada?
¿El agua con gas (carbonatada) es adecuada para los niños?

A menudo hablamos de la hidratación de los adultos, pero es cierto que tendemos a hablar mucho menos de la hidratación de los niños, especialmente cuando se encuentran en las escuelas. Y es que, aparte de la hora del almuerzo, los niños fácilmente tienen pocas oportunidades de beber en la escuela.

No hay duda, la hidratación es imprescindible para todos. Y las recomendaciones para la ingesta diaria de agua varían dependiendo de la edad. Como señalan nutricionistas como Julio Basulto, es de vital importancia beber en función de la sed que tengamos, de forma que, en ocasiones, podría ser posible incluso que «estemos tomando más agua de la que necesitamos».

El agua representa el 70 por ciento del peso del niño, la cual es esencial no solo para su desarrollo, sino también para su capacidad de concentración y aprendizaje. De ahí que sea recomendable que nuestro hijo/a tenga siempre a mano la posibilidad de hidratarse siempre que lo necesite.

Aún cuando las botellas de agua carbonatada (agua con gas) se encuentran ampliamente disponibles en los pasillos de los supermercados, y los adultos tendemos a tomarla de forma habitual, es posible que nos preguntemos si se trata de una opción adecuada para los más pequeños de la casa, especialmente cuando desean probarla.

A algunas personas les preocupa que la carbonatación no sea buena para la digestión, los dientes o la nutrición de sus hijos. Mientras que, otros padres, se inclinan por este tipo de bebidas como forma para darles a sus hijos una opción de bebida burbujeante sin el azúcar, la cafeína y el resto de químicos comúnmente presentes en la mayoría de los refrescos.

Como veremos, especialmente si la comparamos con beber refrescos, el agua con gas puede ser parte de una dieta saludable para los niños, pero menos de lo que podríamos llegar a pensar en un primer momento.

¿En qué consiste el agua con gas (o carbonatada)?

Agua con gas - Foto: Istock

Por lo general, el agua carbonatada no es más que agua con burbujas. Se trata de una bebida que puede tener muchos nombres dependiendo del país en el que nos encontremos, desde agua carbonatada a agua con gas, pasando por agua con burbujas, seltzer o soda.

Dependiendo de la marca, podemos encontrar aguas carbonatadas con más o menos efervescencia (es decir, con una mayor o menor cantidad de gas). Y pueden ser naturales o haber sido infundidas con una amplia variedad de saborizantes, sodio y otros minerales. Además, también pueden contener cafeína u otros ingredientes.

¿Es una opción adecuada para los niños?

Ya sabemos que el agua es fundamental para el buen funcionamiento del organismo. Y el agua con gas, al ser una opción mineralizada y rica en bicarbonato de sodio puede ayudar a facilitar la digestión. Además, su textura ligeramente picante puede ser muy divertida para los niños. La pregunta es, ¿se trata de una opción adecuada? Y en caso de ser así, ¿a partir de qué edad y con qué frecuencia pueden beber los niños agua con gas?

Lo cierto es que no existe una recomendación oficial, dado que el agua con gas no es difícil ni complicada de digerir, incluso para los niños pequeños. Por ejemplo, podemos empezar a ofrecérsela si al niño/a le gusta desde el momento en el que el pequeño es independiente y sabe beber solo.

Por un lado, una de las principales ventajas que encontramos en el agua con gas es precisamente lo que no es: no se trata de una bebida azucarada, pero sí tiene la textura similar de un refresco. Por tanto, podría ofrecer —para los más pequeños— el disfrute de una bebida efervescente, similar a un refresco, pero sin el azúcar y calorías que habitualmente este tipo de bebidas suelen tener.

Este hecho es sumamente importante, puesto que las bebidas azucaradas, incluidos los refrescos o los jugos de frutas, influyen en la actual epidemia de obesidad infantil, por lo que reemplazar cualquier bebida azucarada con agua con gas puede convertirse en una opción excelente.

Por otro lado, el agua carbonatada puede aumentar la sensación de saciedad en un niño pequeño, lo que podría hacer que tenga menos apetito por alimentos más ricos en nutrientes, dado que sus estómagos son más pequeños.

Por tanto, la clave está en pensar en el agua con gas como un regalo, siendo poco probable que el consumo ocasional pueda acabar convirtiéndose en un problema.

Recomendamos en