David tiene dos hijas, de 8 y 5 años. Las dos en periodo escolar. Las dos acabaron las clases el mismo día: el 24 de junio. Sin embargo, ni David ni su mujer cogerán vacaciones hasta agosto. El vacío legal existente entre el final de las clases de las peques y el inicio de las vacaciones de los padres no es sino una fuente de agobio y estrés para ellos, que buscan desesperados qué pueden hacer con las peques durante la jornada intensiva en la que tienen que trabajar.

Entre las soluciones, los campamentos urbanos, la casa de los abuelos o las actividades de repaso en casa se llevan la palma. Pero, esa búsqueda por sí sola ya supone para ellos, además de preocupación, una fuente enorme de estrés. No hay duda: empezarán sus vacaciones estresados.
El caso de David y su mujer sirve para ejemplificar el mismo escenario que viven muchas familias desde finales de junio, cuando empezaron las vacaciones escolares.
No es algo que digamos nosotros; que las vacaciones de los niños suponen una fuente de estrés para los progenitores es algo que ya afirma un estudio realizado por Lingokids con la participación de 600 familias y que revela que 6 de cada 10 progenitores empiezan a sentir estrés los días previos a que comiencen esas vacaciones escolares. ¿Las razones? Organizar la logística de las semanas sin cole y convivir con los niños las 24 horas del día. Mantenerlos entretenidos durante todo el día es algo bastante estresante. Sin embargo, las familias han de tener en cuenta que los niños también deben aburrirse.
Y es que, de las 600 familias consultadas por Lingokids, tan solo un 20% tiene disponibilidad completa durante toda la temporada estival para atender a sus hijos.
La ausencia de rutinas supone una fuente de estrés paterno
De acuerdo a Web MD, las rutinas llevar una rutina concreta durante el día a día escolar, como acompañar a los niños al colegio, sentaros juntos a desayunar, o los besos de buenos días, tiene un impacto positivo en el estrés y el bienestar psicológico de los padres. Por tanto, cuando esta falta (y lo hace en verano) los niveles de estrés pueden aumentar.
De aquí que sea muy recomendable continuar con las rutinas, en el nivel en el que se puedan mantener, durante la temporada estival.
¿Cómo gestionar la conciliación familiar en vacaciones?
Ya hemos dicho en alguna que otra ocasión que la conciliación no existe: son los abuelos. Ellos son, probablemente, los que ayuden a los padres con los niños mientras están trabajando.
Otros, se apoyarán en los campamentos de verano o en las actividades que se organizan cada verano en los diferentes ayuntamientos.
¿Cómo gestionar el estrés durante las vacaciones de verano?
A sabiendas de que las vacaciones de verano de los niños pueden pasar factura al bienestar psicológico de los padres, hace falta recordar una serie de consejos para evitar los picos de estrés en verano. Estos llegan de mano de María Gallego Blanco, psicóloga sanitaria y miembro de TopDoctors:
- Las rutinas son beneficiosas, así que mantenlas durante las vacaciones de verano. Y no procrastines mucho: es mejor levantarse a una hora razonable
- Que no te domine el móvil: sepárate de él siempre que sea posible
- Evita el sedentarismo: apuesta por actividades que impliquen movimiento físico
- Pasad el mayor tiempo posible en familia, a fin de afianzar lazos con tus hijos
- Dedica un rato al día para no hacer nada (y programa un rato del día de tus hijos para lo mismo)