Ser Padres

Un año: la primera Navidad de tu hijo

Los niños son los principales protagonistas de las fiestas navideñas, pero no lo viven igual en función de su edad. Con un año, por ejemplo, son demasiado pequeños para comprender la Navidad plenamente, pero no para disfrutarla. Descubre cómo hacer de estas fechas una feliz experiencia para tu hijo sin desbordarle.

La primera Navidad con un niño en casa es especial. Vuestra vida ha cambiado desde que le disteis la bienvenida a vuestro bebé y esto implica, además de muchas alegrías, algunos ajustes en vuestras rutinas. Lo notaréis mucho en fiestas como las navideñas, especialmente las nocturnas, Nochebuena y Nochevieja, que suelen alargarse hasta horas incompatibles con tener un peque de un año.

El doctor en psicología Luciano Moreno explica que “para que estos días se conserven en la memoria inconsciente del niño como un recuerdo agradable, conviene que los padres encontremos la forma de combinar las celebraciones de la Navidad en familia con el respeto a los ritmos propios de un niño de un año”. A ello, hay que sumar nuestro propio ritmo, que a menudo es otro por el cansancio acumulado que conlleva atender a un bebé.

Por ello, es recomendable tener algunas cuestiones en cuenta de cara a la primera Navidad con un hijo o hija en casa. Compartimos cuáles son los consejos más importantes para un contexto familiar así: 

  • Es preferible que las celebraciones navideñas se hagan en nuestra casa, así el pequeño no perderá de vista su entorno habitual que le da seguridad. “Con un año, los bebés ya echan de menos su ambiente”, dice el doctor Moreno.
  • ¿Y si son fuera? Si la tradición familiar dice que sean en casa de abuelos o tíos, es fundamental encontrar un espacio en el que esté cómodo y entretenido cuando esté con vosotros. Hacedle partícipe de la celebración. Además, es aconsejable que ajustéis el calendario de celebraciones de manera que, si tenéis que pasar alguna en una casa lejana a la vuestra, podáis quedaros a dormir en ella, o al menos el peque.
  • No insistas en los “besos”. Las fiestas navideñas son multitudinarias y esto implica mucho beso, mucho abrazo y, en definitiva, mucho achuchón y muestra de cariño. Vuestro peque apenas tiene un año (o un poquito más), de manera que es posible que esté abrumado con el contexto, que le es desconocido, por mucho que conozca a todas las personas con las que está. Dejad que salude como quiera y dé besos a quien quiera. -Asegurad el entorno: tanto si pasáis las fiestas en casa como si lo hacéis en otra, fijaron bien en que el entorno es seguro. Probablemente, no estéis tan encima del niño o niña (la familia querrá estarlo más), y eso implica una mayor probabilidad de despistes. Es muy importante asegurarnos de que no dejamos cuchillos a su altura, enchufes o a la vista si es de los que tiende a meter los dedos en ellos, o cualquier otro peligro potencial para el menor.
  • Las comidas: lo mejor en este caso es que, al ser todavía muy pequeño, tratéis el menú del peque de manera independiente al del resto. Es decir, si come lo que todos, genial, pero que lo haga a sus horas. No alteréis sus rutinas de comidas que suficientes cambios va a vivir estos días de fiestas.
  • El sueño: lo ideal es que hagáis como con las comidas, pero no siempre es fácil que se acueste a su hora si está muy excitado. Por ello, aseguraros, siempre que se pueda, de que descanse en una larga siesta en los días de Nochebuena y Nochevieja. Pero, ojo, si se alarga en exceso a veces es contraproducente, así que tampoco dejéis que sea mucho más larga que de costumbre.
  1. Los regalos: no convirtáis al peque de un año, que no sabe todavía lo que es, en el único centro de atención de Navidad y el día de Reyes. Ya llegará ese momento en años sucesivos. De entrada, lo aconsejable es que sea uno más, lógicamente con alguna atención extra, pero que observe y descubra poco a poco estas celebraciones. Podéis explicadle aquello que vosotros celebréis en casa y facilitarle que participe en alguna actividad previa para que vaya descubriendo poco a poco. Por ejemplo, llevadle a alguna cabalgata de Reyes tranquila, la de vuestro barrio o ciudad.

Y, sobre todo, no os olvidéis de que serán días distintos para vuestro hijo o hija, donde sus rutinas y entornos cambian por mucho que intentemos controlarlas, de modo que tenéis que ser especialmente pacientes y comprensivos.

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