Imagínate que la contracción es como una ola; cuando va llegando es suave, casi no se oye, y es pequeña. Cuando está más cerca va creciendo, y cuando es muy intensa rompe con un gran estruendo. Después va siendo otra vez más suave hasta que acaba desapareciendo y el agua se queda tranquila hasta que llega la próxima ola.
Así son las contracciones
Verde: NO PASA NADA
En el tercer trimestre, a medida que avanza el embarazo, notas alguna contracción esporádica. Más o menos tres o cuatro cada día, separadas entre sí, o alguna más si estás más cansada o has hecho más ejercicio. No son dolorosas, tan solo se nota la tripa muy dura. Si te quedas tranquila en reposo en el sofá o en la cama o bebes mucho líquido, desaparecen. Son contracciones de Braxton Hicks completamente naturales y no son de parto. Puedes seguir haciendo tu vida normal
Amarillo: ¡CUIDADO!
Algunas veces notas tandas de muchas contracciones seguidas. Cada contracción dura aproximadamente un minuto, y entre contracción y contracción pasa un tiempo variable, diez o 15 minutos. No son dolorosas, pero sí son fuertes y con molestias parecidas a los dolores de la regla. Si ese ritmo continúa, las contracciones pueden llegar a producir dilatación. Esas contracciones se llaman “ pródromos de parto”. Hay que parar el ritmo y si las contracciones no cesan, consultar con el ginecólogo o la matrona.
Rojo: STOP. Vete al hospital
Notas contracciones más frecuentes e intensas, que llegan a ser dolorosas. La tripa se pone muy dura. Son regulares, duran un minuto y cada vez pasa menos tiempo entre una y otra. Aunque te quedes tumbada en reposo, no paran. Y esto te ocurre durante más de una hora sin parar. Lo más probable es que se el nacimiento esté cerca y que lo que tienes sean contracciones de parto. Si es tu primer parto, cuando las tengas cada cinco minutos debes irte al hospital. Si es tu segundo o tercero, no esperes tanto, ve cuando sean cada diez minutos.