Bebé de 24 meses: guía de consejos para cuidar a tu bebé
¡Felicita a tu bebé porque ya ha cumplido 2 años! Nuevas experiencias y aventuras les espera. ¿Quieres saber cuales son?
Con sus 2 años de vida, el bebé ya es prácticamente un niño con autonomía en muchos aspectos. En esta etapa, afianza su personalidad y quiere hacerlo todo por sí mismo, lo que le lleva a sentirse frustrado en muchas ocasiones.
Los padres debemos saber gestionar la situación y no tener prisa, ayudándole en su desarrollo. No obstante, para conocer más sobre todo lo que le ocurre a un niño de 24 meses, te contamos cuáles son los hitos importantes de la edad.
¿Qué come un niño de 2 años?
Con dos años, un niño ya puede comer de todo, salvo aquellos alimentos a los que sea alérgico. Es aconsejable habituarle a que se siente con el resto de la familia y estimularle para que coma solo, sin ayuda de familiares.
Si no quiere comer, no se le deben ofrecer alimentos alternativos. Con esta edad, su dieta debe estar basada en frutas y verduras en todas las comidas, cereales integrales, legumbres, huevos y un consumo suficiente de carnes (pollo, pavo, conejo) y pescados. El marisco y los crustáceos todavía no son recomendables, porque pueden provocar infecciones.
En cuanto a rutinas, los horarios de comida deben ser estrictos, sin comer entre horas.
Los hábitos de sueño
A los dos años de edad, el bebé tendrá más que consolidados sus hábitos de sueño, pero estos se pueden ver interrumpidos por la falta de rutina en sus actividades diarias, por sufrir pesadillas nocturnas o por padecer alguna enfermedad crónica. El pequeño ya no necesita dormir tanto y bastará con unas 12 horas diarias, divididas en 10 a 11 horas en la noche y una siesta diaria.
Si tu hijo sufre problemas para dormir, puede deberse a nerviosismo e irritabilidad, ralentización en el ritmo de crecimiento o malos pensamientos en forma de pesadillas. Si esto se cronifica, es recomendable acudir al pediatra.
El desarrollo del bebé de 24 meses
Tu pequeño ya camina y corre sin dificultad, lo que le llevará a querer alcanzar nuevas metas. Poco a poco va descubriendo que sus movimientos son más ágiles y precisos, y quiere experimentar con nuevas formas de movimiento.
Sus brazos, que también son más fuertes, le van a permitir jugar con pelotas grandes e intentar coger objetos lejanos con una sola mano. El desarrollo psicomotriz en esta fase guarda mucha relación con sus habilidades sociales y emocionales.
Esta mayor capacidad de movilidad le hace darse cuenta de su autonomía y su sentido de independencia. Es muy posible que sus intereses sean diferentes a los de los padres y, si no consigue lo que desea, caiga en enfados y rabietas.
Como padres, hay que empatizar con los niños pero dirigir sus ideas hacia un razonamiento lógico, para que se muestren más colaborativos. En el juego con otros niños, ya interactúa y es positivo que lo haga, pero todavía no asume el concepto de compartir.
Con respecto al habla, que es otra muestra del desarrollo del bebé, es normal que su vocabulario aumente por momentos y sea capaz de hacer frases y oraciones simples. Si no habla aún, todavía no es un problema importante en la salud del bebé, pero habrá que motivarle con canciones, cuentos y repeticiones de palabras.
Un niño de 2 años pasa por una fase caracterizada por la rebeldía, pero también por los continuos hitos en su desarrollo. Como padres, debemos interiorizar que nuestro pequeño ya no es un bebé, sino un niño que desea tener cada vez más independencia, y querrá imponer sus preferencias.