¿Qué es la sarna?
Es frecuente que aún haya padres que en la consulta exclamen "¡pero todavía existe la sarna! ".
Existe la creencia generalizada de que la sarna es una enfermedad erradicada; asociada a una época antigua en la que las enfermedades tenían como causa común la falta de aseo e higiene.
Nada más lejos de la realidad, la sarna no sólo sigue apareciendo, sino que ha repuntado en este año tras una década de descensos.
Esta falsa creencia viene sobre todo del desconocimiento de la causa de la enfermedad. La sarna o escabiosis no es un virus que se origine en un ambiente insalubre. Es una infección producida por un parásito, en este caso un ácaro, llamado sarcoptes. Por tanto, puede afectar a cualquier peque independientemente de sus hábitos higiénicos.

¿Por qué está repuntando en niños?
El año 2022 es el año de la vuelta a la normalidad con el levantamiento de prácticamente todas las medidas de protección de la pandemia. El cierre de colegios, el lavado frecuente de manos, la distancia social... frenaron la COVID-19 y otras enfermedades víricas. Pero también redujeron los casos de enfermedades infecciosas como la sarna, que además es una enfermedad especialmente contagiosa. Sin estas medidas de contención, era cuestión de tiempo que el número de casos se disparase.
Además los peques llevaban mucho tiempo sin poder disfutar de un ambiente de ocio y juegos con el resto de compañeros de aula. Y ahora con la vuelta al cole han vuelto a jugar, tocarse, abrazarse...toda una serie de comportamientos absolutamente naturales a esas edades pero que suponen unas circunstancias absolutamente propicias para la propagación de una enfermedad contagiosa.
El otro importante factor tras este repunte es el denominado "retraso en el diagnóstico" que está íntimamente ligado con el periodo de incubación. En el caso de la sarna el periodo de incubación puede extenderse hasta cuatro semanas o incluso más tiempo. Así que imaginad, el peque infectado tiene casi un mes para propagar la enfermedad por su aula o zona de actividades antes de que ésta manifieste sus síntomas externos (en este caso sarpullido con pequeñas ampollas).
Por si fuera poco, como la sarna sigue siendo para muchos padres "una enfermedad del pasado ya erradicada" supone que caigan en el error de asociar sus síntomas externos con otras enfermedades. En el caso reciente del brote que se ha producido en Aragón estaba detrás la confusión de los padres de uno de los niños infectados que pensaban que el sarpullido causado por la infección de sarna era un simple eccema porque el peque tiene piel atópica.
También cabe destacar que con la llegada del frío los niños usan más prendas de ropa y duermen bajo una capa de mantas y edredones. Esto facilita la propagación de los acaros causantes de la sarna que pueden resistir entre dos a cuatro días adheridos a las fibras. Además, esta resistencia es más propicia con temperaturas frías.
¿Existe tratamiento?
Existe un tratamiento muy eficaz, a base cremas y lociones de permetrina, que mata al ácaro causante de la sarna. Se aplica por toda la piel, desde el cuello hasta las plantas de los pies e incluso el cuero cabelludo si fuese necesario, haciendo hincapié en los pliegues de la piel y bajo las uñas.
Hay que dejar actuar la crema durante 8-12 horas, preferiblemente por la noche, hasta la mañana siguiente. Este procedimiento se repetirá a los siete días, para un tratamiento total de dos aplicaciones nocturnas separadas por una semana.
Este tratamiento frena la infección en sí, pero las lesiones no suelen desaparecer hasta tres o cuatro semanas después del inicio del tratamiento. De igual forma, aunque el picor va remitiendo paulatinamente, no desaparece totalmente hasta unas seis semanas después, por lo que no es infrecuente el uso de alguna crema con corticoides para mitigar los picores.

¿Qué puedo hacer para prevenir la sarna en mi peque?
Evitar el contacto del niño con las personas a las que se haya diagnosticado sarna recientemente, así como la ropa de vestir y de cama que estuvieron en contacto con la piel de la persona infectada.
En caso de detectar un niño contagiado en el ambiente del niño ( por ej misma aula ) los dermatólogos recomiendan un tratamiento grupal y no sólo en los niños que manifiestan síntomas o que han tenido contacto más directo con el peque con sarna, ya que de lo contrario por cada niño que sane, otro caerá en la enfermedad o incluso el niño sanado puede volver a infectarse.
Otra importante medida es educar a los niños en que no compartan su ropa o toallas con otros niños. Los padres deben dejar esto muy claro especialmente si su peque realiza actividades deportivas tras las cuales se ducha con el resto de sus compañeros.
Pasa "hasta en las mejores familias"
Los dermatólogos advierten de un repunte de casos y de una resistencia cada vez mayor por parte de los acaros causantes de la enfermedad, así que no debe sorprender un brote de sarna, no se debe culpabilizar a un niño contagiado ni poner en duda la higiene de su hogar.
Una vez mitigado el brote, los padres no deben aconsejar a sus hijos que "no se junten con ése niño que tuvo sarna" ni colgarle la etiqueta de que "vive en una casa insalubre". Esto sólo le causará aislamiento con sus compañeros y minará su confianza después de pasar por una enfermedad sobre la que aún persiste mucha ignorancia.