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Diferencias entre epilepsia y crisis epiléptica en niños: cómo actuar

¿Sabías que no es lo mismo la epilepsia que una crisis epiléptica? Te contamos cuáles son los síntomas y las causas de la enfermedad y cómo actuar ante una crisis epiléptica, así como las diferencias entre ambas.

Ver convulsionar a tu hijo es una situación extremadamente desagradable. Es probable que a ningún padre se le borre de la mente la imagen de la primera crisis convulsiva de tu hijo.

¿A qué se debe que un niño convulsione?

Pues en este artículo vamos a ver cuáles son los síntomas más características de la epilepsia y sus causas más frecuentes. Seguro que te aclara todas las dudas que puedas tener
epilepsia en niños

epilepsia en niñosGetty Images

Aspectos generales que los padres deberían saber sobre la epilepsia
Aunque hace siglos se consideró la epilepsia como una enfermedad “divina” o “maldita”, y posteriormente, como una enfermedad mental, hoy día está meridianamente claro que se trata de una enfermedad de origen neurológico.
En la epilepsia se produce una alteración del funcionamiento eléctrica de nuestro sistema nervioso que provoca una descarga simultánea de diferentes neuronas que acaban desencadenando una especie de circuito en alguna zona concreta, o en todo nuestro cerebro. Esto es la definición de crisis epiléptica
Cuando esa crisis epiléptica no es única, sino que se repite, y no se asocia al tipo concreto de crisis febriles, es cuando se le puede llamar, epilepsia.

Síntomas más habituales de la epilepsia

Siempre empiezo explicando este tipo de circunstancia de la misma forma. Nuestro cerebro puede hacer a consecuencia de una crisis epiléptica, exactamente lo mismo que seríamos capaces de hacer por nuestra propia cuenta.
Esto significa que las crisis epilépticas no solo son las que habitualmente conocemos en las que una persona pierde la consciencia, se pone rígida o tiene sacudidas o echa espuma por la boca.
Hay múltiples tipos de crisis y además, se pueden combinar unos con otros de forma completamente “caprichosa” según las circunstancias específicas de cada caso.
Una persona puede estar hablando de forma completamente normal mientras la crisis epiléptica le provoca sacudidas en un brazo o una pierna.
También puede estar realizando una actividad mecánica o repetitiva casi sin repercusión aunque una crisis le haya hecho perder la consciencia.
Podemos ver también situaciones más complejas y elaboradas como una que siempre recuerdo de mi época de residente. Vimos cómo un paciente al que se le estaba haciendo un electroencefalograma, empezó a tener descargas mientras escribía. Entonces, paró de escribir, se levantó, fue al baño y volvió a sentarse y escribir. Posteriormente, pararon las descargas y siguió escribiendo. El paciente no recordaba nada y en la escritura se notó claramente el cambio. Todo esto fue una crisis epiléptica.
Además, más allá del periodo que concierne a la propia crisis, en ocasiones nos encontramos con una fase previa denominada aura, en la que la podríamos decir que aparecen síntomas o signos que nos hacen sospechar la pronta llegada de la crisis.
Esto puede incluir desde situaciones sensoriales particulares como un olor raro, sensación de luces en la vista o dolor abdominal, así como otras percepciones más complejas o subjetivas como sensación de somnolencia, clarividencia o desrealización por ejemplo.

Pero ¿A que se deben las crisis?

Es importante tener claro que las crisis epilépticas y las epilepsias se dividen en dos grandes grupos
  • Por un lado están las epilepsias denominadas idiopáticas o de origen idiopático
  • Y por otro están las epilepsias secundarias o de origen secundario
Las epilepsias idiopáticas presentan una serie de características muy definidas:
  • Se consideran fundamentalmente benignas
  • Suelen tener su inicio en la infancia
  • El origen se basa en una predisposición genética familiar
  • Las crisis pueden ser parciales o generalizadas
  • La duración de esta epilepsia suele ser limitadas
  • Generalmente no se asocian a otras alteraciones neurológicas
  • El numero, la intensidad y la duración de las crisis suelen ser escasos
  • Pueden no requerir tratamiento o responder de forma muy favorable al mismo
  • No se aprecia afectación del desarrollo neurológico posterior
  • Tienen buen pronóstico
Las epilepsias secundarias presentan un perfil generalmente opuesto al anterior
  • El origen está en algún trastorno específico ya sea físico, infeccioso, genético, metabólico o similares
  • Pueden empezar en cualquier momento de la vida en función del origen de las mismas
  • Habitualmente se consideran no benignas
  • Es frecuente que las crisis de origen secundario tengan una presentación de inicio parcial
  • La duración suele ser indefinida a lo largo de la vida
  • Es habitual que encontremos otras alteraciones neurológicas como rasgos dismórficos, enfermedades neurocutaneas, parálisis cerebral…
  • El numero, la intensidad y la duración de las crisis, aunque variable, suelen ser mayores que en las idiopáticas
  • El tratamiento farmacológico es la norma y la necesidad de politerapia por farmacorresistencia frecuente
  • El desarrollo neurológico posterior puede estar alterado
  • El pronóstico suele ser malo o reservado

Resumen

  • Crisis epiléptica y epilepsia con son lo mismo
  • Una crisis epiléptica puede provocar que nuestro haga cualquier tipo de actividad que podríamos hacer de forma voluntaria
  • Las epilepsias de tipo idiopático suelen ser benignas y las secundarias más graves
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