Con cautela, el sol tiene beneficios para la salud de grandes y pequeños. Pero, si nos exponemos en exceso y sin la protección adecuada, puede ser muy perjudicial para la piel.
Aunque pensemos que aplicar crema protectora solar con factor 50+ una vez es suficiente, no lo es ni para adultos ni mucho menos para niños. Todo el mundo debería renovar la protección cada media hora (y más si vamos a pasar un día entero con exposición al sol) pero, esta recomendación, se vuelve casi obligatoria cuando hablamos de la piel de los más pequeños.
Ante todo debe quedar claro que es desaconsejable exponer a los bebés de menos de seis meses al sol. Su piel está todavía muy sensible y sigue formándose. Además no es conveniente aplicarles crema solar cuando son tan pequeños. Por ello, en este caso, el bebé debe permanecer a cubierto, debajo de una sombrilla y preferiblemente vestido con ropita ligera de tejidos naturales como el algodón..
Después de los seis meses de vida, sí se puede comenzar a exponer al bebé al sol. Eso sí, siempre fuera de las horas centrales del día y el menor tiempo posible. Por supuesto, sobra decir que habrá que aplicarle un protector solar especialmente diseñado para la piel de los bebés y que lleve un filtro de protección muy elevado.
¿Cómo evitar las quemaduras por el sol?
Ante todo debes recordar que no se debe exponer a los niños al sol en las horas centrales del día. Además, hacerlo sin protección es un riesgo aún mayor. Si decides pasar el día en la playa o la piscina, será muy necesario renovar la protección solar al menos cada media hora mientras estéis expuestos.
Es muy recomendable que los niños lleven gafas de sol con factor de protección UV para evitar quemaduras en los ojos. Si le ponemos un gorrito o gorra, también vendrá genial.
¿Cómo reconocer una quemadura por el sol?
La mayor muestra de que nuestro hijo se ha quemado con el sol es el enrojecimiento de la piel o de una parte de esta. Si tocamos esa parte enrojecida y está más caliente que el resto del cuerpo, perfectamente puede ser una quemadura solar. Puede ir acompañado de escozor y/o picor o, incluso, vómitos, náuseas, dolor de cabeza, fiebre, escalofríos, somnolencia o mareos si la quemadura es más severa.
Si la quemadura es bastante grande, es decir, que ocupa gran parte de su cuerpo, será muy importante acudir al médico para que sea él el que nos facilite un tratamiento. Si, por el contrario, está en una zona concreta, bastará con aplicar algunos productos en casa, seguir algunos consejos y esperar a que pase.
Eso sí: ten en cuenta que después de unos días, la piel puede empezar a pelarse por lo que será casi obligatorio aplicar bastante crema hidratante en la zona afectada.
Si ya se ha quemado, ¿qué puedo hacer?
Si te has dado cuenta estando en la piscina, la playa o el sitio donde se haya producido la quemadura, deberás irte a casa para evitar que pueda convertirse en algo más grave. Una vez que la quemadura se ha producido, no vale de nada aplicar protector solar.
Una vez en casa, será bueno aplicar un baño de agua tibia (ayudará a bajar la inflamación, el escozor de la quemadura y la temperatura corporal). Eso sí, ten siempre presente que las quemaduras pueden llegar a doler mucho, por lo que al secarle no frotes: hazlo con pequeños golpecitos.
Justo después de que se produzca la quemadura no conviene aplicar ninguna crema que lleve alcohol porque esto podría acelerar o hacer crecer el escozor.
Si la quemadura se ha producido en un niño menor de un año, la única solución es llevarlo al médico para que le pongan el tratamiento pertinente. Si la quemadura la ha sufrido un niño mayor de esta edad, habrá que acudir en caso de que la temperatura corporal sea superior a 38 grados o si presenta mucho escozor.
A menudo, las quemaduras solares producen deshidratación. Esto significa que deberás dar al niño agua y zumos naturales para mantener la hidratación.
Una vez que comiencen a desaparecer el calor y la rojez de la piel, se podrá empezar a aplicar alguna loción hidratante y calmante (si es totalmente natural, mucho mejor). Un buen remedio es aplicar directamente el jugo que desprende la hoja de aloe vera.
La calamina es un mineral presente en productos destinados a cuidar alternaciones dermatológicas, como las quemaduras solares. Por ello, es perfecta para aplicar en la piel del niño a la hora de curar las quemaduras.
¿Qué hacer los días siguientes?
Es muy importante que la piel no vuelva a ser expuesta al sol hasta que no se haya regenerado completamente.