¿Merece la pena la penitencia de tener que dormir oliendo, literalmente, a cebolla, para poder respirar mejor? A continuación, profundizamos en lo que dice la ciencia y los expertos al respecto de esta costumbre muy arraigada en España, donde se usa tanto con niños como con adultos de manera generalizada.
Esta tradición es una muestra del evidente poder que tiene el boca a boca. Su supuesta efectividad sigue convenciendo a miles (¿millones?) de personas en tiempos donde el acceso al conocimiento científico y médico es una posibilidad al alcance de todo aquel que tenga un dispositivo con conexión a internet.
Esto lo decimos porque no existe evidencia científica alguna de que la cebolla abierta sirva para limitar los efectos de la tos. Es verdad que no existen suficientes artículos científicos al respecto, y también lo es que este hábito es inofensivo, por lo que no perdéis nada por intentarlo si sois capaces de soportar semejante olor…
Qué dice la ciencia al respecto
La única mención científica data del año 2009, cuando el pediatra Antonio Martínez Gimeno publicó en la revista Allergologia et Immunopathologia un artículo titulado Cebollas, mitos, creencias, moda y realidad en el asma. En él escribió: “Como con la mayoría de las creencias populares, su eficacia se evalúa por la experiencia personal, muy influída por cuánto cree el evaluador en la intervención”. El especialista habla de “sesgo por entusiasmo” en su artículo: “Una madre (el evaluador) con suficiente fe en la intervención como para poner un plato de cebolla en la mesilla junto a la cama de su hijo probablemente sería muy propensa a una evaluación positiva de su eficacia (sesgo por entusiasmo)”, dice.

Por lo tanto, en su opinión, “la cebollaterapia puede considerarse un paradigma de creencia popular sin confirmación ni prueba científica alguna”.
Dado que después no constan más investigaciones al respecto, no se puede considerar a la cebolla un remedio para la tos o para mejorar la respiración por mucho que los más veteranos del lugar insistan. Ojo, tampoco descartarlo, Quizá por ello algunos pediatras como Gabi Ruiz no ven mal intentarlo: “No hay pruebas científicas para recomendarla. Pero parece que la cebolla cortada cerca de la cabecera del niño induciría la secreción de moco fluido y humedecería la superficie de la mucosa, por lo que puede aliviar algo la tos. En cualquier caso, es inofensiva”, expone el médico.
En cualquier caso, lo que tiene lógica pensar es que quizá exista en el remedio de la cebolla contra la tos un efecto placebo para quien cree en esta solución, así que si os ayuda a dormir más tranquilos cuando se la ponéis a vuestros hijos por la noche para que no tosan tanto, adelante; no conlleva peligro alguno para su salud. Otra cosa es que conlleve un beneficio real. El efecto placebo no lo es, pero tiene un impacto positivo en algunas personas que sí puede acarrear beneficios positivos, como por ejemplo descansar mejor.
¿De donde viene?
El periodista y científico Javier Yanes hace un repaso excelente a la historia de esta costumbre de utilizar la cebolla como remedio contra la tos en un artículo del año 2014.
En él cuenta que en otros países no está tan desarrollada esta creencia en la cebolla como remedio casero, pero cita costumbres similares. Por ejemplo, en Estados Unidos recurren al jarabe casero de cebolla con miel. Un dos por uno, ya que la miel también se utiliza de forma generalizada como remedio contra la tos. La diferencia es que en este caso si hay más referencias científicos que avalan la teoría de que puede aliviar sus síntomas.
Yanes cita un artículo ni más ni menos que de 1947 publicado en la revista Science titulado Los componentes químicos de los vapores de la cebolla, responsables de propiedades de cicatrización de heridas. Su autor es Edward F. Kohman, que trabajaba como químico en la compañía de sopas Campbell. El químico, apunta Yanes, acaba concluyendo en dicho artículo que “Es concebible que comer cebollas crudas tenga un efecto curativo en la garganta irritada como consecuencia de un resfriado”. Osea que la asociación de cebolla y propiedades curativas viene de lejos.

Lo que parece claro es que más allá de estas referencias históricas lejanas, la tradición del uso de la cebolla contra la tos es exclusivamente española y, en menor medida, francesa. Así lo asegura Marian García, doctora en Farmacia y graduada en Nutrición Humana y Dietética, más conocida como Boticaria García en las redes. “Es un truco que se usa en España y algunos puntos de Francia, el resto del mundo parece que aún no ha descubierto los supuestos poderes mágicos de la cebolla”, apunta en tono irónico en un post que le dedica a este tema en su página web en el que también hace referencia al artículo del pediatra Antonio Martínez Gimeno.
En su opinión, “Si la tos desaparece cebolla a la vista puede ser por causas naturales, porque cambia nuestra percepción sobre la frecuencia con la que tosemos o tose el niño o porque están funcionando otros productos que estamos consumiendo sobre los que sí hay evidencia, como la miel”, concluye.