Los motivos, según expertos de la Universidad de La Coruña, por los que los niños se concentran menos al final de curso

La subida de las temperaturas, el cansancio acumulado de todo el año y los nervios están detrás de este menor rendimiento cuando llega el mes de junio
niños en el colegio
El patio de un colegio, sin sombras

Contando los días. Así están estos días muchos niños y jóvenes de todo el país que este viernes, en la mayoría de las comunidades autónomas, terminan el curso escolar. Y eso solo significa una cosa, empiezan las vacaciones de verano para todos estos menores. Por delante, más de dos meses para disfrutar, divertirse, viajar, pasar tiempo con la familia, aprender y dejar de lado exámenes, libros (al menos los reglamentarios del curso) y profesores. 

Por tanto, unas últimas horas para dar el último empujón al que ha sido el curso de este año; sin embargo, es común que estas semanas finales, los niños se muestren más cansados y el rendimiento en clase descienda. Y esto tiene una explicación como recuerdan expertos de la Universidad de A Coruña

El cansancio de todo el año de curso escolar, el calor que ya va apretando y los nervios y las ganas por tener ya las vacaciones hacen mella en estos niños y jóvenes por lo que es muy común que estos estén más descentrados y rindan menos en clase cuando llegan las últimas semanas del calendario escolar. 

Como recuerda la docente e investigadora Susana Rodríguez de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UDC "la concentración suele definirse como la focalización de la atención sobre lo relevante, inhibiendo lo irrelevante, durante periodos de tiempo más o menos prolongados. Esto, traducido a los escolares, es la capacidad que tienen para atender a las clases y no entretenerse con las musarañas".

Alumna junto a su profesora en su clase - gpointstudio/Freepik

¿Cómo se puede vencer a la pereza?

Aunque esta circunstancia no es algo grave y suele pasar a todos los niños al final de curso, no está de más como explica esta profesora seguir algunos consejos a modo de hábitos saludables para mejorar la concentración y vencer a la pereza este mes de junio que ya va acabando para dar paso a las vacaciones estivales.  "Es importante establecer muy bien los propósitos y los plazos para lograrlos, planificar el tiempo teniendo en cuenta posibles conflictos entre las tareas y las actividades de ocio y trabajar rápido de forma que se eviten tentaciones", dice la investigadora; al tiempo que recomienda que las obligaciones se concentren a primera hora del día, para dejar las tareas más livianas del cole para última hora.

Además de esto, el descanso es fundamental es un buen aliado en este sentido y necesario para niños y algo más grandes. Conviene darse un respiro de unos diez minutos por hora en el caso de los más pequeños y cada dos horas en el caso de jóvenes. Un tiempo de descanso que, como es lógico, es mejor invertir al aire libre que mirando un teléfono móvil. 

Por la noche, confirma esta experta, es aconsejable que estos menores duerman lo suficiente, entre 9 y 11 horas, además de invertir algunas tardes en hacer algo de ejercicio físico y dejar de lado las pantallas (o apenas consumir poco tiempo en estos dispositivos tecnológicos).

Y cuando llegan las vacaciones ¿deberes?

Es la pregunta que se hacen muchos padres después de nueve meses de curso escolar, si una vez que lleguen las vacaciones es importante que los niños hagan algo de deberes durante el verano o bien dejen de lado los libros, los cuadernos y los lápices hasta septiembre. 

Como tal no hay una norma escrita al respecto ya que algunos, como Antonio Leonardo Pastor, presidente de la Asociación de Directores de Colegios Públicos de A Coruña, defienden que este tiempo se deje para descansar y así poder volver a los estudios en septiembre. "Yo recomiendo que aprovechen el verano para jugar al aire libre y descansar. No soy partidario de que hagan ninguna actividad académica, para eso ya tienen el colegio", asegura este profesor de Infantil que, eso sí, apuesta por el juego al aire libre y no por las pantallas para llevar a cabo esta desconexión. 

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  • Eugenio Manuel Fernández Aguilar