“Cuando nació la niña me di cuenta de cosas que antes no quería ver. Antes del año, nos separamos”, afirma Alicia Jiménez, en un suplemento de un diario nacional. Jiménez tiene ahora 50 años: con 28 se casó, con 29 nació su hija y con 30 se divorció.
Cuando habla de “cosas que no quería ver” se refiere al llamado "síndrome de Peter Pan" del padre de de su hija: “Cuando nació la niña él seguía haciendo su vida igual. No asumió la responsabilidad. En muchas ocasiones, él se iba de fiesta y yo me quedaba en casa”.
La relación de Alicia con su pareja se fue enfriando (“si nos íbamos de vacaciones dormíamos en camas separadas”) hasta que llegó a la conclusión de que lo mejor era divorciarse.
Este caso es uno de los muchos que definen con historias reales el concepto de baby-clash, un término que tomó forma en el año 2005 con la publicación del libro “El baby-clash. La pareja a prueba del niño” escrito por el psiquiatra francés Bernard Geberowich.
El baby-clash hace referencia a como el nacimiento de un niño supone una auténtica revolución en la vida de una pareja. Es como un meteorito que puede llegar a dinamitar la relación, viene a decir el psiquiatra autor del libro.
Los datos confirman esta teoría. Según el IV Obsevatorio de Derecho de Familia AEAFA (Asociación Española de Abogados de Familia) publicado en 2002. En el 32% de los casos la principal razón por la que una pareja se divorcia son el desgaste que provoca el estrés de la crianza de los hijos y/o el trabajo señala el informe. Le sigue el desenamoramiento (24%), la infidelidad (21%), las dificultades económicas (17%) y las discrepancias en la educación de los hijos (14%).

La psicóloga Elena Sanz explica en www.la menteesmaravillosa.com que hay varios factores que pueden contribuir a que se produzca una crisis de pareja tras la llegada de un bebé, sobre todo, si es el primero.
Convertirse en padre o madre desencadena una serie de procesos internos relevantes: “La mujer experimenta importantes fluctuaciones hormonales que pueden afectar de forma significativa a su estado de ánimo. Se asume una gran responsabilidad y se transforma la identidad para asumir un nuevo rol lo que puede generar incertidumbre, miedo, confusión y culpa”, explica la psicóloga.
En el caso del padre, añade Sanz, los procesos psicológicos son similares unidos a la necesidad de forjar un vínculo con el bebe en un espacio de tiempo más reducido: “Además es posible que el padre se sienta desplazado del estrecho vínculo madre e hijo”.
A todo esto, hay que sumar las exigencias que la nueva situación genera. "Las rutinas cambian completamente con la llegada de un hijo, ya que este pasa a ser la prioridad y esto puede conllevar dejar de lado las preferencias personales para centrase en el bienestar del bebé”.
Otro de los principales motivos de discusión en la pareja que señala la psicóloga es el estrés y el reparto de tareas: “El cuidado del bebé y del hogar han de compaginarse y esto no siempre se logra hacer de forma natural y equitativa. Por ello, pueden surgir frustraciones y resentimientos”.
Por último, Sanz apunta que todos estos factores hacen que el tiempo en pareja vaya disminuyendo tanto en cantidad, como en calidad: “Los progenitores apenas disponen de momentos libres y se encuentran casi siempre agotados”.
Consejos para superar el baby-clash
Sin embargo, aunque en algunos casos, como el que comentábamos al inicio, el baby-clash provoca la separación de la pareja, en otros puede suponer un momento de transición y de adaptación al cambio que puede solventarse y superarse. Los consejos que la psicóloga Elena Sanz recomienda en su post para prevenir y afrontar la crisis de pareja tras la llegada del primer hijo os pueden ayudar en este sentido:
1.-Una buena comunicación: “En este momento, la comunicación puede ser nuestra mejor aliada: para poder compartir nuestro estado interno, transmitir a la pareja lo que se busca y entender, a la vez, sus necesidades”.
2.-Prepararse antes del nacimiento: “Esto implica informarse de los cambios que tendrán lugar, de los retos que habrán de asumirse y del mejor modo de afrontarlos. Hablar con expertos o conocer las experiencias de otros padres puede ser de gran ayuda”
3.-Anticiparse a las dificultades. “Puede ser positivo hablar de cómo se organizarán las rutinas y las tareas tras la llegada del bebé. Quién se ocupará de cada aspecto y cómo será el reparto. Esto, por supuesto, ha de ser flexible y poder modificarse en función de las necesidades reales de cada momento, pero establece una guía que prevendrá discusiones futuras”
4.-Disponer de espacio y tiempo personal: “Esto no es nada sencillo cuando se es padre o madre, pero resulta fundamental para el bienestar psicológico. Así, procurad organizaros para que ambos podáis disfrutar cada día y cada semana de algún tiempo para vosotros. Esto os refrescará, os recargará de energías y os permitirá retomar la tarea con ánimo renovado”
5.-Pedir ayuda: “Aunque seáis dos, puede que no siempre lleguéis a todo lo que tenéis que hacer. No tiene nada de malo pedir ayuda, bien sea de familiares y amigos o de profesionales”.
6.-Cultivar el tiempo en pareja. “Una hora cada noche para conversar a solas o disfrutar de una película, una cita mensual o una escapada romántica pueden marcar la diferencia a la hora de proteger el vínculo de pareja”, recomienda, por último, la psicóloga.