Un estudio científico sugiere que los modelos de crianza multifamiliar son positivos para los niños

Un estudio dirigido por el antropólogo evolutivo Nikhil Chaudhary, de la universidad de Cambridge, se centra en la atención directa de los adultos en los niños y en el impacto que esta tiene.
familia jugando

Los tipos de familia son diversos. Poco a poco, vamos dejando atrás el modelo tradicional de familia como única opción englobada en un término que se ha ensanchado para dar cabida a todos los formatos que hay en nuestra sociedad diversa. Sin embargo, lo que no ha variado tanto en España es la forma en la que criamos a nuestros hijos e hijas, a los que la mayor parte de atención durante la crianza se la ofrecen los progenitores.

No hay en nuestro país muchos ejemplos de modos de crianza multifamiliar, donde los menores se críen en grupos de convivencia amplios, reduciendo el tiempo de atención directa sobre ellos de sus progenitores. Al menos, no que se hayan estudiado.

Uno de estos grupos es el de los Mbendjele, un grupo de cazadores recolectores que viven en las selvas tropicales de la República del Congo. Su dedicación es la autosuficiencia, a través de la caza, la pesca y el cultivo de miel, aunque en los últimos años también venden productos.

Su modo de vida se caracteriza por los campamentos multifamiliares en los que viven, donde tienen una red de personas cuidadoras que ayudan a atender a los niños y niñas del grupo. El antropólogo evolutivo Nikhil Chaudhary, que trabaja en la Universidad de Cambridge, ha liderado una investigación sobre este grupo, que cuenta con 18 menores. Al menos, durante los trabajos de investigación.

Fuente: Depositphoto

El modelo de crianza multifamiliar

El estudio de Chaudhary se centra en el impacto que tiene en adultos y niños un modelo de crianza multifamiliar como el de este grupo africano.

La investigación concluye que los niños podrían estar preparados evolutivamente para esperar y recibir más atención y cuidados de los que les prestan sus progenitores. Según el experto, “durante el 95 % del tiempo que el ser humano ha estado en la Tierra ha sobrevivido cazando y recolectando”, lo cual le lleva a pensar en la teoría de que “existen ciertos sistemas de crianza a los que los niños y los progenitores pueden adaptarse mejor psicológicamente”.

Uno de estos sistemas es este modelo multifamiliar, en el que las personas cuidadoras se encargan más horas de los menores que sus progenitores. Los investigadores cifran, en concreto, en nueve horas las que reciben de atención directa por parte de las personas cuidadoras, un grupo de entre 10 y 20 personas adultas.

Estas personas ofrecían un tiempo de respuesta al llano de 25 segundos de media, y solo el 50% de las ocasiones registradas requerían la intervención de la madre de ese menor.

La investigación hace una valoración positiva de este tipo de modelos por el impacto que tienen en los adultos, que reducen sus niveles de ansiedad y agotamiento. “Muchos aspectos de la psique humana han evolucionado para ser más flexibles, en lugar de para adaptarnos mejor a un modo de vida concreto”, destaca el antropólogo de la universidad de Cambridge.

niño feliz - Getty Images/iStockphoto

A esto, la doctora Annie Swanepoel añade que “las tasas de abandono y abuso de niños son menores cuando los progenitores tienen el suficiente apoyo”, y cree también que, cuando esto ocurre, “se mejora la calidad de la atención materna y se incrementa la sensación de bienestar”.

Los resultados de esta investigación, aplicados al modelo occidental de crianza, refuerzan el valor de las escuelas infantiles, casas de niños y centros para la infancia, donde se realiza una labor esencial que impacta de forma directa en la crianza de los niños y niñas pequeños, pero también, de forma indirecta, en la salud de sus respectivos progenitores. 

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