El perejil es una hierba aromática presente en infusiones, pero los expertos recomiendan evitarla, dentro de lo posible, durante el embarazo. No lo decimos nosotros, lo dicen expertos en nutrición y salud. Te contamos por qué.
Explica la doctora Cecilia Parrell, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Manises, que hay algunas infusiones que es recomendable evitar durante el embarazo. Entre ellas, la doctora señala el poleo menta, “ya que contiene un monoterpeno, que se ha relacionado con abortos y con propiedades tóxicas a nivel de hígado y riñones que puede causar malformaciones en el feto”, y las infusiones que contengan salvia y perejil.
La primera, porque “contiene una sustancia tóxica llamada tujona relacionada con el aumento de la presión arterial y los abortos”, indica la doctora, Y la segunda hierba, el perejil, protagonista de esta pieza, porque “también está relacionado con los abortos espontáneos”, apunta.
Las hojas de perejil contienen aceite de perejil, que es una forma volátil de aceite. Aunque no tiene efectos secundarios cuando no se está embarazada, puede causar riesgos potenciales
En la misma línea que la doctora se expresa el equipo médico de Endrocs, clínica Endocrinología y Nutrición situada en Barcelona. Explican sus profesionales que por precaución, durante el embarazo hay que limitar el consumo de infusiones y dar prioridad a aquellas que contengan “las plantas más recomendadas en el embarazo y de otros alimentos naturales que son seguros durante el embarazo como el limón, miel, naranja o manzana”.
Entre las hierbas permitidas, según el equipo de Endrocs, están el tomillo, el jengibre o el roiboos, este último de forma “muy ocasional”, o la manzanilla, entre otras. Y entre las no recomendadas aparece el perejil junto a la salvia, el poleo menta, el regaliz o el diente de león, además del eucalipto, el aloe vera o el té de Ginseng, entre otros productos.

Dicho esto, conviene aclarar que el consenso sobre el efecto del perejil en el embarazo a nivel científico no es amplio ni definitivo. Por ejemplo, desde Natalben señalan que el perejil “no se ha demostrado tóxico para el embarazo a las dosis habitualmente utilizadas” y que “tampoco es perjudicial en la lactancia, pero no se ha demostrado su efecto como galactogogo —que ayudan a la lactancia materna—, creencia de la cultura popular”. De hecho, también se consideraba que se podía disminuir la producción de leche por la ingesta de perejil.
Pero es incuestionable que hay expertos, tanto médicos como en nutrición, que prefieren desaconsejar la ingesta de perejil en el embarazo por precaución, ya que una persona normal no siempre es capaz de controlar si una cantidad pasa de ser la habitual a excesiva, que es cuando hierbas como el perejil se pueden convertir en potencialmente peligrosas durante el embarazo. Es por eso también que se hace especial hincapié en las infusiones, donde el control de las cantidades es todavía más difícil de mantener.