Recuperar la lactancia materna una vez que ya hemos pasado del destete sí es posible. Aunque parezca algo de ciencia ficción, existe un proceso que consigue disminuir las tomas de lactancia artificial y aumentar las de lactancia materna. Es lo que se conoce como relactación, y es perfecta para reducir las tomas de la lactancia artificial.
Veamos exactamente en qué consiste.

¿Puedo volver a dar el pecho?
Es posible que se de la situación de que una madre que ya no da el pecho, quiera recuperar la lactancia materna. También puede ocurrir que de lactancia mixta, y quiera volver a dar exclusivamente, o en mayor parte, lactancia materna.
Al proceso por el cual se reducen o eliminan tomas de lactancia artificial para sustituirlas por tomas de leche materna, se le llama relactación.
Aunque la relactación es posible, en la mayoría de los casos suele ser un procedimiento lento y laborioso, en mayor o menor medida, según las características únicas de cada lactancia, mamá y bebé. El objetivo puede ser conseguir una lactancia exclusiva, o bien una lactancia mixta donde se aumente la cantidad de tomas de pecho con respecto a la situación actual.
Para conseguir esto, es necesario aumentar la producción de leche en la madre. El pecho funciona a demanda, por lo que si se dan tomas de leche artificial, la madre producirá menos, y este es un concepto clave en la relactación.
He decidido relactar, ¿por dónde empiezo?
Lo primero que te recomendamos: busca el asesoramiento de un profesional experto en lactancia materna. El primer paso que debemos dar cuando empezamos este proceso es determinar las causas que provocaron esa necesidad de dar leche artificial al bebé.
Habitualmente no suele haber problemas en la producción de leche de la madre, si no que las dificultades más frecuentes son relacionadas con agarre o con técnica incorrecta de la lactancia (por ejemplo, dar el pecho con horarios en vez de ofrecerlo a demanda). Es clave que averiguemos qué fue lo que falló en nuestra lactancia para poder aplicar la mejor solución al problema y que la relactación sea exitosa.
También es muy importante un entorno favorable: la relactación puede ser un proceso difícil, y es muy importante que la madre tenga el apoyo de familiares o seres queridos que la apoyen en su decisión al cien por cien. Se necesita tiempo para poder llevar a cabo una relactación, y lo ideal sería contar con personas que puedan ocuparse de otras tareas (como cocinar, limpiar la casa, recados) mientras la madre se ocupa principalmente de la lactancia.
Es necesario personalizar la técnica
Cada relactación es diferente: depende de cuánta leche artificial se da (cuanta menos se de, más fácil será retirarla), de qué problemas hubo en la lactancia y de muchos otros factores del bebé y la madre. Por ello es importante que el proceso sea seguido por un profesional.
Algunos aspectos prácticos sobre la relactación

En una relactación lo ideal es que la fórmula se ofrezca de forma respetuosa con la lactancia materna; para ello tenemos técnicas como el vasito, el dedo-jeringa, la cucharilla… aunque, para relactaciones que se prevea que van a prolongarse en el tiempo, puede resultar más práctico el uso del relactador o sistema de nutrición suplementaria.
Para aumentar progresivamente la producción de leche y poder retirar suplementos, suele ser necesaria la estimulación del pecho con el sacaleches. Hay diversos métodos de extracción poderosa que pueden ayudar en esta situación.
Cuidado con las expectativas
Conforme vaya aumentando la producción de leche, podremos ir reduciendo los suplementos de fórmula. Pero es importante plantear unas expectativas realistas e intentar mantener a raya la frustración.
No en todos los casos se podrá conseguir una lactancia materna exclusiva. Pero esto no significa que la lactancia haya fracasado. En algunas circunstancias, se plantea como objetivo una lactancia mixta, que puede ser plenamente satisfactoria para mamá y bebé.