Por qué la ciencia dice que no deberías dar nunca leche de fórmula a tu bebé
The Lancet acaba de publicar un estudio en el que los autores son muy tajantes: la leche de fórmula no es buena para ningún bebé y ningún niño. Según argumentan, el éxito de su marketing ha conseguido que las mujeres dejen de amamantar.
Dicen que la leche materna es mágica y el mayor tesoro que seguimos teniendo como mamíferos. Es ‘inteligente’: sabe detectar las necesidades de la madre y del bebé y adaptar su composición en cada momento para cubrirlas con garantías de éxito.
Por eso, no es de extrañar que la Organización Mundial de la Salud recomiende la lactancia materna exclusiva, al menos, hasta los seis meses de edad y que después se mantenga junto a otros alimentos (cuando comienza la alimentación complementaria) hasta, mínimo, los dos años de edad. A partir de ese momento, todo el tiempo que deseen tanto la mamá como el bebé.

leche de fórmula
Sin embargo, la realidad es bien distinta: según la OMS, solo la mitad de los menores de seis meses son alimentados en exclusiva con leche materna. Una cifra que la misma organización considera insuficiente para garantizar el buen desarrollo de los niños.
Ha sido precisamente esta la razón que ha llamado más la atención a grupo de investigadores (entre ellos expertos de la OMS) que han publicado un estudio en The Lancet en el que argumentan los motivos por los que la leche de fórmula no debería ser utilizada bajo ningún concepto con bebés y niños de ninguna edad. conclusiones a las que han llegado después de analizar 153 estudios sobre prácticas de marketing en más de 100 países durante 40 años de investigación y apoyándose en todos los beneficios comprobados de la lactancia materna.
Veamos las conclusiones a las que han llegado después de años de investigación.
Las campañas de marketing han conseguido que las mujeres dejen de amamantar
Si hay un tema con el que son especialmente críticos a lo largo de los capítulos que conforman el informe, es con las campañas de marketing, a las cual culpan de ‘explotar las emociones de los padres’. “La industria utiliza ciencia deficiente para sugerir que sus productos son buenos para la salud infantil”, afirma uno de los autores.
Y es que, de acuerdo a sus conclusiones, “la publicidad afirma que las fórmulas especializadas alivian la irritabilidad, ayudan con los cólicos, prolongan el sueño nocturno e, incluso, fomentan una inteligencia superior”.
Y esto, a su parecer, “explota las emociones de los padres, manipulando la información científica, para que crean que la leche de fórmula es mejor que la materna”.
“A solo uno de cada dos recién nacidos se les pone al pecho en la primera hora de vida”
“La lactancia materna promueve el desarrollo del cerebro, protege a los bebés contra la desnutrición, las enfermedades infecciosas y la muerte, al mismo tiempo que reduce los riesgos de obesidad y enfermedades crónicas en el futuro”, afirma Rafael Pérez-Escamilla, coautor del informe y profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale (EEUU). “Además, también ayuda a proteger a la madre contra enfermedades crónicas, incluidos el cáncer de mama y de ovario, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares”.
Sin embargo, pese a todos los beneficios, los autores aseguran que “a solo uno de cada dos recién nacidos se les pone al pecho en la primera hora de vida”. La excusa más extendida para no hacerlo, de acuerdo a lo que exponen, es que la madre tiene leche insuficiente. “de esta manera se introducen fórmulas lácteas comerciales y se deja de amamantar”, afirman en el capítulo pertinente del informe. “Los padres y los profesionales de la salud, con frecuencia, malinterpretan los comportamientos típicos e inestables de los bebés como signo de insuficiencia de la leche”, continúa el mismo autor.
Un problema más grave de lo que pensamos
De acuerdo a la misma investigación, el problema no es que las madres no quieran amamantar, sino que no pueden: son muchas las que desean continuar la lactancia y se encuentra con mil problemas, como bajas del trabajo insuficientes o falta de apoyo en los sistemas de salud en el contexto de las tácticas de marketing de explotación de la industria de fórmulas lácteas comerciales”, explica Pérez-Escamilla.
“El marketing de la leche de fórmula puede ser muy destructivo para la humanidad porque su éxito depende de debilitar el vínculo entre la madre y el bebé para socavar la lactancia materna”, explica, a su vez, Robert Boyle, catedrático de Alergología Pediátrica del Imperial College de Londres, en declaraciones para Science Media Centre España.
Por eso, los autores piden un tratado legal internacional que sea más estricto con la comercialización de la leche de fórmula y que obligue a las organizaciones científicas y los funcionarios públicos a ser más transparentes con sus contactos y sus fuentes de financiación.
“La lactancia materna no es responsabilidad exclusiva de las mujeres y requiere enfoques sociales colectivos que tengan en cuenta las desigualdades de género”, termina el profesor Pérez-Escamilla.
Soluciones para las mujeres que no pueden amamantar
Pese a la perspectiva que plantea el informe de The Lancet, la realidad es bien diferente: los estudios científicos sí han demostrado que hay mujeres con insuficiencia de prolactina, la hormona encargada de producir leche materna.
Eso, en algunas ocasiones, junto a las dificultades para continuar con la lactancia después de la baja maternal (que dura seis meses en España actualmente) hacen que continuar con ella sea bastante complicado para algunas mujeres.
¿Significa esto que hay que terminar con ella? La respuesta es no: en el mercado existen extractores de leche materna que, además de ser un complemento esencial para poder congelar y utilizar después, lo es para estimular la producción de leche materna en caso de que la mujer no produzca lo suficiente.
Además de ello, existen los bancos de leche materna con los que muchas mujeres colaboran donando su leche materna sobrante (sea por el motivo que sea).