Cada vez es más frecuente que el oftalmólogo prescriba llevar a un niño o niña pequeño un parche ocular. Sí, “como el de los piratas”, aunque los peques, por comodidad y seguridad de que funciona (se pegan), suelen llevarlos de usar y tirar, y no de tela reutilizables. Te contamos para qué sirve este parche, que puede ser oclusivo o semioclusivo, dejando entrar este último un poco de luz a la cavidad del ojo.
Salvo lesiones de gravedad que son menos frecuentes —visión doble por estrabismo paralítico por enfermedad neurológica, por ejemplo— y no explican el motivo por el cual tantos niños y niñas desde edades tempranas llevan parche ocular estos días, el motivo por el cual se prescriben tanto es el tratamiento del ojo amblíope, más conocido como “ojo vago”. “Cuando hay una desviación de un ojo el cerebro debe anular la imagen de ese ojo para no ver doble. Esa anulación continuada de la visión del ojo desviado hace que su desarrollo funcional se detenga o incluso retroceda, es lo que se llama el ojo vago o de forma más científica ojo amblíope”, indican desde el Centro de estrabismo.
Explican desde Oftalvist que este tratamiento con parche “consiste en tapar el ojo que funciona correctamente y tiene una mayor agudeza visual para estimular al ojo que funciona peor y tiene una menor visión. Así se le obliga a trabajar, durante las horas en las que el ojo bueno está tapado”.
En el pasado, cuando las oclusiones no eran tan frecuentes en los niños y niñas pequeños, era habitual que se tuviera que llevar el parche durante muchas horas seguidas, incluso días, pero esta tendencia médica ha cambiado radicalmente. “En los últimos años han habido cambios en las indicaciones para el uso de parche ocular en los niños. Ahora se conoce que para una oclusión eficaz es suficiente con utilizar el parche unas pocas horas al día”, señalan al respecto desde Oftalvist.
Por ello, a medida que va mejorando la visión del ojo vago, el uso del parche se suele ir reduciendo. Es posible, por ejemplo, que el oftalmólogo indique que el menor lo utilice 2-3 horas seguidas al día y, poco a poco, vaya disminuyendo ese tiempo de uso. Hay que tener en cuenta, además, que el parche ocular oclusivo “sólo es efectivo durante la infancia, en general hasta los 8-10 años”, de ahí que también puede ocurrir que el especialista, si el menor alcanza esa edad, prefiera eliminarlo del tratamiento. “Es más efectivo cuanto más pequeño es el niño, de manera que cuesta menos tiempo recuperar un ojo ambliope en un niño de 3 años que en uno de 6 años. Por ello, es importante el diagnóstico precoz de un ojo vago, para que se pueda iniciar el tratamiento pronto y así recupere la visión en menos tiempo”, afirman desde el Centro de Estrabismo.
En cualquier caso, los parches oculares solo sirven para estimular el ojo vago. Es decir, no corrigen el estrabismo, problema que suele estar asociado al ojo vago. “Este problema debe tratarse mediante gafas o cirugía”, concluyen desde Oftalvist. Y En otras ocasiones, se llevan “para mejorar el movimiento del ojo”, inciden desde el Centro de Estrabismo, no por la existencia de un ojo vago. “Este es el caso de los estrabismos congénitos o muy precoces en los que el niño adopta un tortícolis unas veces hacia un lado y otras para otro utilizando cada vez un ojo, moviendo así la cabeza para evitar mover el ojo. En estos casos al tapar un ojo se obliga al destapado a moverse saliendo de su posición de reposo”, concluyen.
Como hemos señalado al comienzo de la pieza, existen dos tipos de parches: los adhesivos, que son de un solo uso, los más utilizados por niños y niñas pequeños; y los de paño o tela, que son una alternativa más sostenible que se recomienda sobre todo para peques cuya piel se irrita por los parches adhesivos.