Empezando por el principio... ¿qué es la melatonina? Es una hormona que se fabrica a partir del triptófano en nuestro cerebro durante la oscuridad. Tiene un papel muy importante en los ritmos circadianos, aquellos que hacen que durmamos de noche y estemos despiertos de día. Los niveles de melatonina empiezan a aumentar de forma natural ante la falta de luz y está demostrado que la exposición a la luz artificial y la luz de las pantallas del móvil o Tablet dificultan su síntesis. La melatonina no solo interviene en la regulación del sueño, sino que regula una gran variedad de procesos fisiológicos.

¿Cuándo aparece el ritmo circadiano?
Los bebés recién nacidos o de pocas semanas no distinguen entre el día y la noche. Su actividad se basa el alimentarse y dormir varias veces al día, independientemente de la hora. Pueden hacer siestas de veinte minutos a dos horas.
La alimentación en esta etapa debe hacerse a demanda, sin mirar el reloj. A partir de los tres o cuatro meses es cuando empieza a establecerse este ritmo circadiano, y los bebés pueden empezar a realizar siestas durante el día y un sueño más largo durante la noche. Es muy importante recordar a los padres que lo mejor es que tanto el sueño nocturno como el de las siestas se hagan totalmente a oscuras, para facilitar la síntesis de melatonina.
¿Puede servir la melatonina para mejorar el descanso de mi bebé?
Sí y no. Cuando administramos melatonina por vía oral los niveles de esta hormona empiezan a subir a los 30 ó 40 minutos de la toma. Hasta las 3 ó 4 horas tras la ingesta los niveles se mantienen altos, pero después empiezan a bajar. Los estudios muestran que la melatonina es eficaz reduciendo la latencia de sueño (el tiempo que tardamos en dormirnos) y adelantando su inicio. Sin embargo, muchos niños se despiertan a las tres o cuatro horas de estar durmiendo y a partir de ahí siguen con despertares frecuentes el resto de la noche.
En un apunte más personal, con la experiencia de la consulta, os contaré que, igual que hay niños a los que la melatonina les funciona y los padres están encantados con ella, existe otro buen número de niños a los que la melatonina no les hace ningún efecto, es más, puede que incluso lleguen a despertarse más, ya que, al bajar sus niveles a las 3 o 4 horas de su administración, nos encontramos con un bebé completamente despierto y activo a las 2 de la mañana.
¿Es segura la melatonina?
En niños, como suele ocurrir en la mayoría de los casos, no hay estudios suficientes para evaluar el uso de melatonina a largo plazo. A corto plazo, si se ha establecido que su uso en bebés mayores de seis meses, durante 4 a 6 semanas a una dosis de 1 mg diario, no se ha relacionado con efectos negativos. Los padres suelen preocuparse ante la administración de melatonina pensando que es una “droga” que va a dejar el nivel de su conciencia de su peque disminuido. Esto no es verdad, la melatonina no es un hipnótico ni un narcótico.

¿Qué productos existen en el mercado?
Los laboratorios han ido elaborando diferentes productos. Algunos sólo contienen melatonina, otros se combinan con extractos de plantas conocidas por sus efectos relajantes, como tila o melisa y también existen combinados de melatonina con triptófano. La idea de estos últimos es que el triptófano que contienen se acabe transformando en melatonina que a su vez alargue el efecto de este compuesto. En cuanto a la administración, la mayoría de productos se administran por vía oral en forma de gotas o jarabe, pero también existen otros que se aplican directamente en la mucosa oral mediante pulverizaciones.
Antes de usar melatonina debes saber….
…Que el primer paso para mejorar el sueño de un bebé no es administrar esta hormona, sino mantener una rutina estable de sueño y siestas y aprender a reconocer las señales de cansancio de tu hijo/a para evitar situaciones de sobrecansancio. Siempre explico a las familias que, igual que no se consigue una pérdida estable de peso a base de pastillas sin hacer dieta y ejercicio, tampoco se consigue un sueño reparador a base de melatonina, sin haber modificado nuestros hábitos y rutinas.