Mitos y leyendas sobre los mocos: ¿Cuáles son los más comunes?

Especialmente cuando somos padres primerizos, la primera vez que nuestro hijo/a tiene mocos es normal que nos preocupemos mucho. Pero, ¿cuáles son los principales mitos que aún existen sobre ellos?
Mitos y leyendas sobre los mocos

Los cuadros catarrales, acompañados de su mucosidad correspondiente, son una de las primeras causas de consulta en pediatría. Esta situación tiene poco de alarmante y mucho de natural, así que vamos a enumerar una serie de situaciones con objeto de romper ciertas creencias acerca de los mocos.

Los mocos, esa gran defensa

Mitos y leyendas sobre los mocos - Foto: Istock

Los mocos no dejan de ser una respuesta del sistema inmunitario del niño. Niño con mocos no es sinónimo de niño enfermo. Es un niño que ante una irritación de sus vías respiratorias, ya sea por agentes externos o por un proceso vírico absolutamente normal en la infancia, experimenta que su propio cuerpo genere mucosidad para proteger dichas vías. Por tanto, no debe ser objeto de preocupación la aparición de los mismos.

De hecho, es muy probable que durante las estancias en escuela infantil o primeras etapas escolares el niño "venga con mocos" de clase. Los niños, al estar en contacto unos con otros, serán susceptibles de tener multitud de procesos víricos, que sus propios organismos combatirán, siendo la secreción de mucosa en la zona nasal una de esas defensas.

Si el niño tose, el niño está enfermo

Un mito extendido es la creencia de que un niño que tose o moquea está enfermo. El moco y la tos son simplemente las formas de expulsión de gérmenes y microbios. El organismo los ha detectado y va a luchar contra ellos.

Y un simple estornudo, moco o tos no debe ser observado con preocupación, ya que directamente constituye la vía de expulsión de ese microbio o germen. Cierto es que, si observamos una tos intensa, constante, o dificultad respiratoria debemos acudir al pediatra, pero aquella tos que claramente intenta eliminar mucosidad, en un niño con buen estado general, no debe alarmarnos. 

Todos los mocos se eliminan por la boca y nariz

Uno de los mayores mitos sobre los mocos va ligado a una preocupación muy típica en los padres. Y es la concepción popular de "que el niño no se trague los mocos". Pues aquí viene el derribo de un gran mito: el niño va a desprenderse del 90% de sus mocos por vía digestiva.

Esto supone que la limpieza de las fosas nasales si bien es recomendable no debe caer nunca en la obsesión por parte de los padres. La limpieza nunca evitará que una buena cantidad de mucosa se elimine por vía digestiva.

Por ello, es muy frecuente, que los niños menores de tres años, presenten heces de aspecto mucoso, más líquidas o con un olor más fuerte, cuando están resfriados. 

Mi hijo no expulsa los mocos

Principales mitos sobre los mocos - Foto: Istock

Ligado con el mito anterior está la creencia de que hay niños que no expulsan los mocos por sí mismos. Aquí hay que aclarar que, si bien es lógico intentar despejar la nariz de mucosidad y ayudar al pequeño, el niño sí expulsa mucosidad.

Sencillamente porque el cuerpo tiene también mecanismos de expulsión que van más allá de nuestra simple apreciación. El niño respira, contrae su pecho, saliva, traga... Todos esos movimientos van a propiciar por sí solos la expulsión de las mucosidades.

Y todos esos movimientos acabarán casi siempre en que el propio niño acabe "tragando" de manera natural (mientras está dormido, mientras está jugando, mientras hace vida normal) los mocos y expulsándolos por vía digestiva. 

Los mocos verdes son sinónimo de infección

Otro mito muy extendido, quizás el que más. Es muy frecuente que los padres acudan alarmados a la consulta del pediatra porque el niño lleva varios días resfriado, pero “es que ya tiene los mocos verdes”. Pues ese moco verde no significa infección bacteriana. Significa que el cuadro catarral está en su fase final, y la mucosidad está eliminando los restos de gérmenes.

Cuando los mocos ejercen su misión de barrera protectora arrastrando los restos de microbios, se vuelven más viscosos, pasando su coloración a ser amarilla o verdosa. Precisamente significa, que nuestro cuerpo nos está defendiendo. Por tanto, no hay necesidad de dar antibióticos a un niño con los mocos verdes. 

¿Qué jarabe le doy para los mocos?

Ninguno. A veces, los padres acuden a consulta porque su pequeño estaba resfriado, le recetaron jarabe mucolítico, pero es “sigue teniendo mocos”. Y los tendrá todo el curso escolar. Por eso no debemos poner medicamentos. Porque ni son eficaces, ni vamos a estar administrándolos todo el invierno. 

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