Durante el embarazo es común, y recomendable, que la mayoría de las mujeres tengan un cuidado especial en seguir una alimentación lo más nutritiva y saludable posible. De esta forma, tienden a evitar aquellos alimentos y bebidas que pueden ser un problema para el correcto desarrollo de la gestación, ya que podrían dañar al feto aún en desarrollo.
Es lo que ocurre, por ejemplo, con las bebidas alcohólicas, pescados que pueden contener un elevado contenido en mercurio, determinados productos lácteos y la ingestión excesiva de azúcares o cafeína.
Sin embargo, también es necesario prestar especial atención a otros alimentos que, aunque en cualquier otra etapa de la vida no tienen por qué suponer un peligro para la salud, sí pueden convertirse en un riesgo para el bebé.
Esto es debido a que, durante el embarazo, el aumento de la actividad hormonal tiende a deprimir el sistema inmunológico, de manera que la futura mamá es más susceptible a las enfermedades transmitidas por alimentos (intoxicaciones alimentarias).
Es lo que ocurre, por ejemplo, con las carnes o pescados crudos o mal cocinados. Pero lo mismo sucedería con los huevos crudos, un ingrediente muy común en una amplia variedad de postres, como el tiramisú, los helados caseros o la mousse, y que deberían evitarse siempre ya que podrían contener bacterias dañinas que, aunque no sean un riesgo para la salud de la futura mamá, sí lo pueden ser para el bebé, al aumentar el riesgo de enfermedad grave, parto prematuro y aborto espontáneo.
¿Por qué los huevos crudos pueden ser peligrosos durante el embarazo?
Los huevos crudos, o cocidos de forma parcial, pueden contener una bacteria dañina, la Salmonella, la cual puede causar una enfermedad conocida como salmonelosis.
Se trata de una bacteria que puede originar infecciones intrauterinas lo suficientemente graves como para provocar partos prematuros o abortos espontáneos, ya que, durante el embarazo, el sistema inmunológico de la mujer cambia para adaptarse a la presencia del bebé en desarrollo, con la finalidad de que no sea rechazado.
Sin embargo, al hacerlo, el sistema inmunológico de la embarazada responde de forma distinta a las infecciones, pudiendo originar, incluso, síntomas más graves y complicaciones derivadas.

Dado que las enfermedades que podrían transmitir los alimentos pueden conllevar una serie de riesgos tanto para las mujeres embarazadas como para sus bebes, es imprescindible garantizar siempre la seguridad de los alimentos que se ingieran cada día. Y esto implica, sobre todo, fijarse bien en los ingredientes que podrían contener los alimentos que se ingieren.
En el caso de los huevos, por tanto, es de vital importancia que durante el embarazo únicamente se consuman huevos que estén completamente cocinados, lo que significa que la yema debe estar completamente firme, con lo que nos aseguraremos de la eliminación completa de las posibles bacterias dañinas que podrían haber estado en el huevo.
¿Qué postres con huevo crudo no son seguros durante el embarazo?
Existen determinados postres que pueden contener huevo crudo, debido principalmente a que el huevo no cocido o cocinado se convierte en uno de sus ingredientes principales, ya que no se hornean ni cocinan. Es lo que ocurre, por ejemplo, con:
Por tanto, en caso de consumirlos fuera de casa, es de vital importancia asegurarse de que han sido elaborados con huevos pasteurizados, que ayudan a reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos al ser calentados en sus cáscaras, a una temperatura suficiente como para matar las bacterias, pero no lo suficiente como para que el huevo se cocine.
Lo mismo ocurriría si, por ejemplo, nos planteamos la posibilidad de elaborar algunos de estos postres con huevo. Una opción sencilla es buscar alguna receta de ese postre pero que no contenga huevo o que haya sido sustituido por otro ingrediente similar (como el tiramisú sin huevo sobre cuya receta te hablábamos en una ocasión anterior), o bien, optar por usar también en casa huevos pasteurizados.
En caso contrario, lo ideal sería evitar consumir ese postre durante la gestación, sobre todo a la hora de reducir posibles riesgos innecesarios.