En la adolescencia se produce el proceso para encontrarse a uno mismo y es una etapa de muchos cambios y muchos procesos de desarrollo, lo que hace que muchas veces la relación con los padres pueda ser complicada y se generen muchas fricciones y tensiones. Estas dificultades son, muchas veces, para los padres bastantes desesperantes, emocionalmente duras y generan tristeza, añoranza por la infancia de los hijos y quebraderos de cabeza.
En muchos momentos se hace muy difícil entender por qué un adolescente reacciona como lo hace, por qué parece que se opone a todo lo que venga de sus padres, por qué da la sensación de que está enfadado todo el día y recurre constantemente a rebelarse y retar a los padres…no es sencillo lidiar con algunas de estas actitudes, pero, sin duda, hay argumentos que pueden ayudar a entenderlas mejor.
La psicóloga Gretchen Schmelzer escribió en 2015 'La carta que tu adolescente no puede escribirte', una misiva ficticia en la que un adolescente trata de explicarle a sus padres por qué se comporta como lo hace, cómo se siente y les pide su ayuda y apoyo en esta etapa, aunque sea difícil tal y como reconoce y aunque haya momentos en los que parezca que no quiere esa ayuda ni su apoyo ni su cercanía.
La carta no es real, pero sin duda, es la forma con la que Schmelzer trató de hacer entender a los padres de adolescentes el torbellino emocional que sus hijos o hijas están sintiendo y, en parte, también es un alegato para animarles a no tirar la toalla y a no dudar de que lo que está haciendo es un trabajo muy importante y lo están haciendo bien. Y desde luego cumplió con su objetivo: la misiva tuvo gran repercusión en su momento, pero no solo eso, se ha hecho viral en diferentes momentos desde entonces llegando a miles de personas y generando multitud de reacciones.
Si tienes un hijo o hija adolescente y estás experimentando esta relación complicada, seguramente esta carta te hará reflexionar y tratar de comprender algo mejor las actuaciones o actitudes de tu hijo. La carta completa es esta:
“Querido padre/madre:
Esta es la carta que desearía poderte escribir.
Esta pelea en la que estamos ahora mismo. La necesito. Necesito esta pelea. No puedo decírtelo porque no tengo el lenguaje para ello y no tendría sentido de todas formas. Pero necesito esta pelea. Mucho. Necesito odiarte ahora mismo y necesito que sobrevivas a ello. Necesito que sobrevivas a que te odie y odiarme tú. Necesito esta pelea, aunque la odio también. No importa sobre qué va esta pelea: la hora de volver a casa, los deberes, la colada, el salir, el quedarme en casa, mi novio, mi novia, no tener amigos, tenerlos y que sean mala influencia. No importa. Necesito pelear contigo por ello y necesito que tú pelees conmigo y me enfrentes.
Necesito desesperadamente que sostengas el otro extremo de la cuerda. Que la sujetes con fuerza mientras agito el otro extremo mientras encuentro puntos de apoyo y cómo agarrarme en este nuevo mundo en el que siento que estoy entrando. Solía saber quién era yo, quién eras tú, quiénes éramos nosotros. Pero ahora mismo no lo sé. Ahora mismo estoy buscando mis límites y a veces solo puedo encontrarlos cuando tiro de ti. Cuando empujo todo lo que solía saber hasta su límite. Entonces siento que existo y por un minuto puedo respirar. Sé que echas de menos al dulce niño que fui. Lo sé porque yo también echo de menos a ese niño, y algo de ese anhelo es lo que me resulta tan doloroso ahora mismo.
Necesito esta pelea y necesito saber que no importa cómo de malos o grandes sean mis sentimientos, que no nos destruirán ni a ti ni a mí. Necesito que me ames incluso en mi peor momento, incluso cuando parezca que no te amo. Necesito que te quieras a ti mismo y a mí por los dos ahora. Sé que apesta ser rechazado y etiquetado como el malo. Yo me siento igual por dentro, pero necesito que lo toleres y que otros adultos te ayuden. Porque yo no puedo ahora mismo. Si quieres puedes reunir a todos tus amigos adultos y tener un 'festival de grupo de apoyo para sobrevivir a tu adolescente', me parece bien. O hablar de mí a mis espaldas, no me importa. Simplemente no te rindas conmigo. No te rindas en esta pelea. Lo necesito.
Esta es la lucha que me enseñará que mi sombra no es más grande que mi luz. Esta es la pelea que me enseñará que los malos sentimientos no significan el fin de una relación. Esta es la pelea que me enseñará a escucharme a mí mismo, incluso cuando eso suponga decepcionar a los demás.
Y esta pelea en particular terminará. Lo hará como pasa cualquier tormenta. Y yo olvidaré y tú olvidarás. Y entonces volverá. Y necesitaré que vuelvas a aferrarte a la cuerda. Necesitaré esto una y otra vez durante años.
Sé que no hay nada ahora mismo satisfactorio para ti en este trabajo. Sé que probablemente nunca te lo agradeceré ni reconoceré tu versión. De hecho, probablemente te criticaré por todo este arduo trabajo. Parecerá que nada de lo que hagas será suficiente. Y, sin embargo, confío completamente en tu capacidad para permanecer en esta pelea. No importa cuánto discuta. No importa cuánto me enfurezca. No importa lo silencioso que me ponga.
Por favor no sueltes el otro extremo de la cuerda. Estás haciendo el trabajo más importante que nadie podría estar haciendo por mí en este momento.
Con amor, Tu Adolescente".