En los últimos años el carbón activado se ha convertido en un remedio natural muy popular para tratar distintos problemas digestivos, entre los que se encontraría el tratamiento de los gases y las flatulencias.
Aunque también tendría otros usos. Por ejemplo, podría ayudar a reducir los niveles de colesterol, sería útil en el tratamiento del acné y las picaduras de insectos (aunque por el momento los estudios existentes son anecdóticos), y en el blanqueamiento de los dientes, aunque no existen investigaciones que respalden esta afirmación.
Por tanto, se trataría de un remedio natural aparentemente exento de efectos secundarios, motivo por el cual muchas embarazadas se plantean la posibilidad de tomarlo a la hora de calmar algunos de los síntomas comunes de la gestación. Pero, ¿es realmente tan seguro como se piensa?
¿Qué es el carbón activado?
El carbón activado consiste en un polvo fino, de característico color negro, que se elabora a partir de la trituración de huesos, cáscaras duras de coco, carbón, aserrín y huesos de aceitunas, entre otros compuestos y sustancias. Durante el proceso de elaboración, el carbón vegetal es activado mediante un procesamiento a elevadas temperaturas, las cuales actúan modificando o cambiando su estructura interna, aumentando su superficie y disminuyendo el tamaño de sus poros.
Por este motivo, el carbón vegetal se caracteriza por tener una textura más porosa que el carbón común o regular. Además, dicho sea de paso, no debe nunca ser confundido con el carbón que usualmente utilizamos para encender la barbacoa. Y es que si bien es cierto que ambos podrían ser elaborados con materiales base parecidos, el carbón que se usa en la preparación de barbacoas no ha sido activado a temperaturas elevadas. Y, además, contiene una serie de sustancias adicionales que son tóxicas cuando se ingiere.
¿Cómo actúa el carbón activado cuando es ingerido?
De acuerdo a un estudio publicado en el año 2014, el carbón activado actúa atrapando las tóxicas y sustancias químicas en el intestino, lo que evitaría su absorción por parte del mismo.
Esto se debe principalmente a la textura porosa tan característica que posee el carbón vegetal, el cual posee una carga eléctrica negativa, que hace que pueda ser capaz de atraer determinadas moléculas cargadas positivamente, como podría ser el caso de los gases y las toxinas. Debido a esta acción, el carbón activo ayudaría a atrapar sustancias químicas y toxinas en el intestino.
Además, dado que el cuerpo no absorbe el carbón activado cuando es ingerido, puede ayudar a transportar estas sustancias químicas y las toxinas que se hayan podido unir a su superficie fuera del organismo, expulsándolas a través de las heces.
Gracias a estas propiedades, el carbón activado posee una amplia variedad de usos médicos. Y, a menudo, suele ser utilizado en determinados casos de intoxicación, ya que puede unirse a una amplia diversidad de fármacos, reduciendo sus efectos adversos, como encontró un estudio publicado en 2016. Además, también podría ser utilizado para el tratamiento de sobredosis de fármacos recetados, además de sobredosis de determinados medicamentos sin receta, como podría ser el caso de algunos sedantes, el paracetamol y el ácido acetilsalicílico.

El mismo estudio publicado en el año 2016 constató que una dosis única de entre 50 a 100 gramos de carbón activado dentro de los cinco minutos posteriores a la ingestión del fármaco podía ayudar a reducir su absorción en los adultos hasta en un 74 por ciento.
Por otro lado, en los últimos años, se ha hecho popular el uso regular de carbón activado para aliviar algunos de los principales síntomas del embarazo, en especial las náuseas matutinas. Aunque presentaría un riesgo añadido: podría interferir en la adecuada absorción de vitaminas y minerales prenatales, de vital importancia durante la gestación. Por tanto, desde un primer momento la recomendación que se podría dar es básica: se debe buscar siempre el adecuado consejo médico antes de tomar cualquier suplemento con carbón activado en cualquier momento del embarazo. Aunque vayamos por partes.
¿Podría ser seguro el carbón activado durante el embarazo?
Una revisión sobre el uso de la pasta de dientes de carbón activado, y publicada en el año 2018 en ‘World Journal Of Pharmaceutical Research’, encontró que dosis más bajas de esta sustancia durante un período corto probablemente no cause ningún efecto grave para la salud.
Sin embargo, como te mencionábamos brevemente en el apartado anterior, se ha constatado que el carbón activado podría interferir en la absorción de algunos suplementos tanto durante el embarazo como en la lactancia. Y, además, podría interactuar con algunos fármacos.
Por este motivo, su ingestión por parte de embarazadas y lactantes debe siempre llevarse a cabo con presión. Es más, el carbón activado no se recomienda en mujeres embarazadas con evacuación intestinal lenta o con obstrucción intestinal. Por lo tanto, durante el embarazo únicamente debe ser consumido bajo la supervisión del médico.
Efectos secundarios del carbón activado en el embarazo
Utilizado de forma regular, y sobre todo en grandes cantidades, el carbón activado podría estar asociado a ciertos efectos secundarios, como: náuseas, vómitos y estreñimiento. Además, podría interferir tanto con los nutrientes como con el proceso de absorción de los suplementos dietéticos, imprescindibles durante la gestación, mientras que también puede interactuar con determinados medicamentos, e incluso dañar las bacterias intestinales.
Por otro lado, es necesario tener en cuenta que los compuestos que encontramos en la composición del carbón activado podrían causar efectos poco agradables, por lo que es esencial buscar el consejo de un médico antes de consumirlo, especialmente durante la gestación.