Igual que hay pilotos de motos a nivel profesional con 15 años que en parado no pueden coger su máquina de lo que pesa y luego la dominan en movimiento de una forma alucinante, hay niños que van en patinete mucho más sueltos y ágiles de lo que lo hacen andando. Y esto es especialmente llamativo cuando el niño te es ajeno, ya sea porque te lo cruzas a toda mecha por la calle o porque sigues a su orgullosa mamá en las redes sociales. Le ves y piensas que es imposible que alguien al que le queda grande hasta el casco más pequeño pueda ir solo en un artefacto así. Pero son situaciones reales; eso sí, ocurren porque el cuándo y el cómo ha sido el adecuado.
Los patinetes son un elemento magnífico para desarrollar la psicomotricidad en general, atendiendo sobre todo a cualidades como el equilibrio o la coordinación, pero también la fuerza, la resistencia física e incluso la concentración. Esto por no hablar de la autonomía que fomentan en el niño. Además, lo que es más importante, se trata de un juguete al fin y al cabo, y esto es sinónimo de diversión y felicidad para los más pequeños, sobre todo para los más dados a la experimentación.
Pero para que la experiencia no sea frustrante para el niño -y también para los padres, que acaban cargando en estos casos con el patinete a cuestas la mayoría de los paseos-, es fundamental escoger bien el modelo, especialmente cuando detectes interés temprano por probarlo en tu pequeño o cuando quieras que se estrene pronto con ellos. Fijarse en la edad recomendada que cada fabricante estipula para su producto es una pista que siempre se debe tener en cuenta, sabiendo que no hay patinetes para niños de dos años; al menos no patinetes como el que tienes en mente, como los que utilizan los niños más mayores.
El momento idóneo
Dicho esto, dependiendo de cómo sea el niño en cuestión tanto en aptitud como en actitud, existe la posibilidad de que a partir del año y medio se maneje con cierta soltura siempre y cuando el patinete le facilite el equilibrio y la seguridad mínima, algo para lo que son una garantía los modelos diseñados con un eje delantero más estable gracias a que incorporan dos ruedas.
Son algo más difíciles de manejar a la hora de girar que los que solo llevan una rueda delante y otra detrás porque exigen coordinar el movimiento con la inclinación del cuerpo, pero en estas edades tan tempranas la acción de girar es lo de menos. Lo fundamental es que puedan avanzar en línea recta con la tranquilidad de saber que no se van a caer porque tienen el control.
El modelo más recomendado
No te preocupes si crees que los patinetes de tres ruedas tienen una vida más corta porque no es así, los hay que gracias a tener manillar extensible se pueden utilizar hasta los ocho años. Son, sin duda alguna, la mejor opción para aprender a utilizarlo. Los de dos ruedas, en cambio, favorecen la velocidad, por lo que suelen ser patinetes que se adaptan mejor a niños mayores -a partir de los ocho años, aproximadamente- que ya tienen un dominio elevado de este tipo de productos o que pueden aprender a manejarlo bien rápidamente; de hecho, en estos casos pasan de ser un juguete a ser un medio de transporte.