Los padres suelen asociar este síntoma con anginas, que es como se suele denominar a la amigdalitis de forma coloquial. Por consiguiente, muchas familias acuden a la consulta demandando un antibiótico. Sin embargo, la mayoría de las veces que los niños aquejan este síntoma no precisan este tratamiento. Cuando nos duele la garganta esta molestia puede proceder de la faringe, de las amígalas o de ambas. El dolor puede ser continuo o solo al tragar.
¿Cuál es la causa del dolor de garganta?

El dolor de garganta se produce generalmente por infecciones causadas por diversos microorganismos. En el caso de niños menores de 3 años la causa más frecuente es, sin duda, la infección vírica. Existen multitud de virus circulando en el ambiente que pueden provocar dolor de garganta, tos, congestión nasal, febrícula y mucosidad.
En cambio, si el dolor de garganta se da en niños mayores de 3 años, se acompaña de picos elevados de fiebre de inicio súbito, dolor al tragar, babeo, vómitos, dolor de cabeza, malestar y/o dolor abdominal es más probable que la infección se deba a una bacteria. En este caso también se inflamarán los ganglios del cuello y se precisará tratamiento antibiótico.
Habitualmente, las infecciones de origen viral suelen ser leves y permitir, en general, que el niño mantenga una actividad relativamente normal. Lo más frecuente es que durante el día el estado general del niño sea bueno y al caer la tarde o la noche aparezcan décimas de fiebre y malestar.
Las infecciones bacterianas producen una mayor alteración del estado general y fiebre alta de forma continuada.
¿Cómo hacemos el diagnóstico?
Habitualmente con mirar la garganta del niño con una linterna veremos el enrojecimiento de la garganta y las amígdalas, acompañado o no de puntos o placas blanquecinas. Suele ser creencia popular que tener placas en la garganta es sinónimo de necesitar antibióticos. Sin embargo, es muy importante destacar que la presencia de estas placas en las amígdalas puede ocurrir tanto si la causa es un virus o una bacteria. Sabemos que el 30% de las veces que encontramos placas en la garganta la causa es vírica. Por ejemplo, es frecuente encontrar placas en caso de mononucleosis y esta enfermedad es vírica.
Si sospechamos que la causa es bacteriana, podemos realizar el llamado “Test rápido de estreptococo”. Cogeremos una muestra de la garganta y tras aplicar los reactivos podremos ver el resultado en pocos minutos, confirmando si la infección es bacteriana. Si tenemos dudas o queremos aislar la bacteria responsable, haremos un cultivo tomando una muestra de la garganta, aunque en este caso deberemos esperar varios días para ver el resultado.
¿Debo ir al pediatra?
Se recomienda consultar con el pediatra si hay fiebre alta, dolor de garganta intenso que dificulte la alimentación, vómitos repetidos o manchas en la piel. En el caso de éstas últimas pueden aparecer tanto en caso de infección vírica (como en mononucleosis) como infección bacteriana, en el caso de escarlatina.
¿Pueden complicarse las infecciones de garganta?

La más grave sería la fiebre reumática, cuando la faringoamigdalitis es por estreptococo y no ha sido tratada. Afortunadamente, este tipo de complicación es muy excepcional.
Si el dolor de garganta se intensifica, se extiende al cuello, doliendo al intentar moverlo, hay babeo continuo y el estado general del niño empeora de forma significativa podemos encontrarnos ante un abceso que puede requerir tratamiento antibiótico intravenoso o drenaje quirúrgico. Ante estos síntomas conviene consultar en urgencias.
¿Cómo se puede prevenir?
El contagio se produce a través de la vía respiratoria por tos, saliva, secreciones, mocos o respiración próxima entre las personas. También puede transmitirse la infección a través de las manos, después de tocar un objeto contaminado por otra persona infectada. Por eso, como ocurre con la mayoría de enfermedades infecciosas, el lavado frecuente de manos es lo más importante.
¿Cuál es el tratamiento del dolor de garganta?
Como muchas de las infecciones víricas no tienen tratamiento específico. En caso de una faringoamigdalitis vírica solo daremos analgésicos y antiinflamatorios. Los síntomas remitirán en pocos días.
En caso de infección bacteriana, se pautarán antibióticos orales, generalmente amoxicilina. En casos de intolerancia oral por vómitos, o que el niño no quiera tomar la medicación, se podrá administrar también una inyección de penicilina.
Además del tratamiento con analgésicos, durante los días de enfermedad es recomendable que el niño repose en casa y se le ofrezcan alimentos blandos a temperatura templada, además de líquidos con frecuencia.