Por qué babean tanto los bebés

Al contrario de lo que la inmensa mayoría de la gente cree, no es un síntoma relacionado con la dentición, sino que es parte de un proceso paralelo a esta que se desencadena a partir del cuarto mes de vida del recién nacido.
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El exceso de saliva en los bebés es algo tan frecuente en los primeros meses de vida que incluso quienes no han sido madres ni padres tienen esa imagen mental de un recién nacido manchando de babas a quien le tenga en brazos. Es muy normal. Lo raro, de hecho, es que a partir del cuarto mes de vida, aproximadamente, no ocurra.

Lo curioso de esto no es, por lo tanto, que un bebe produzca mucha saliva, sino por qué la produce. Y es curioso porque tendemos a estar equivocados en el razonamiento más extendido como respuesta a esta cuestión. No, los bebés no producen exceso de saliva porque les vayan a salir los dientes.

Tal y como explica la doctora Lucia Bertrand, el babeo “es un proceso independiente de la dentición, sin ninguna relación pero con un desarrollo paralelo”. Dado que se empieza a producir a partir del cuarto mes de vida, y como los dientes aparecen alrededor de los seis meses (puede que antes en casos precoces), el “diagnóstico casero” apunta directamente a la dentición, pero nada más lejos de la realidad. Ni las babas ni que el niño se meta los puños en la boca tienen que ver con los dientes.

Bebé con cepillo de dientes - DEAN HINDMARCH

Nada que ver con la salida de los dientes

Lucia Mi Pediatra explica así el verdadero motivo por el que un bebe babea: “En el recién nacido, inicialmente la saliva aparece como consecuencia de la actividad de la glándula sublingual, pero es poca cantidad. No es hasta el 4º mes cuando empieza a funcionar la glándula parótida, situada a ambos lados de la cara. Esta glándula es mucho mayor en tamaño por lo que la cantidad de saliva que de pronto comienzan a fabricar es más que visible”. A esto, añade la pediatra, hay que añadir el hecho de que a los 4 meses “el reflejo de la deglución (tragar) es bastante inmaduro y no se realiza de una manera eficaz por lo que esto contribuye a que el exceso de saliva en la boca no sea deglutido frecuentemente y algunos niños babeen”.

Así que ya sabes, si te vuelven a decir eso de que a tu hijo o hija le va a salir un diente porque está produciendo mucha saliva, ya puedes responder con argumentos médicos que eso no tiene por que ser así.

Funciones de la saliva

Si te preguntas, por curiosidad, cuáles son las funciones de la saliva más allá de humedecer y ablandar los alimentos que nos llevamos a la boca, debes saber que esta no es su única función.

La American Academy of Pediatrics cita hasta cinco funciones esenciales de la saliva. La primera es la que hemos mencionado, conocida por todo el mundo. Y las otras cuatro son las siguientes:

  • Mantiene húmeda la boca de su bebé
  • Le facilita al bebé la acción de tragar
  • Limpia o se deshace de los residuos de alimentos
  • Protege los dientes de su bebé contra las caries dentales

Al hilo de este último aspecto, la entidad pediátrica norteamericana de referencia explica que “la saliva también contiene ptialina, una enzima digestiva que convierte el almidón en azúcar”. Este antiácido natural “neutraliza los ácidos del estómago y ayuda a la digestión”, concluye la AAP.

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