Cada vez son más las mujeres que deciden retrasar la maternidad. Por motivos profesionales, personales o gracias al acceso a técnicas de reproducción asistida, el perfil de madre primeriza ha cambiado. En Europa, la edad media al dar a luz ha pasado de 29 años en 2001 a 31,1 años en 2021. En Suecia, uno de los países con mayor acceso a datos sanitarios perinatales, el 4,8 % de los nacimientos en 2022 fueron de madres de 40 años o más. Esta cifra quintuplica la de 1973. Y en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), 16.950 partos en 2024 fueron protagonizados por mujeres con una edad entre los 40 y los 44 años; 1.640 mujeres de las que parieron el año pasado tenían entre los 45 y los 49 años; y 550 fueron madres con 50 o más años.
Ante este escenario, un equipo de investigadores de la Universidad de Uppsala y la Universidad de Linköping (Suecia) se ha preguntado hasta qué punto influye la edad de la madre en la salud del recién nacido. Los investigadores han querido ir más allá del clásico umbral de los 35 años como “edad materna avanzada” y estudiar qué sucede cuando la madre tiene entre 40 y 44 años o incluso 45 o más.
El resultado es uno de los mayores estudios sobre este tema hasta la fecha, publicado en Acta Paediatrica en junio de 2025. Su base de datos es nada menos que 312.221 nacimientos únicos registrados en el Swedish Medical Birth Register entre 2010 y 2022. Y sus hallazgos ofrecen una imagen clara y matizada sobre qué riesgos aumentan —y cuánto— para los bebés cuando la maternidad llega más tarde.

Tres grupos clave: 35–39, 40–44 y 45 o más
Para entender los efectos de la edad materna avanzada sobre los recién nacidos, los investigadores clasificaron a las madres en tres grupos:
- Referencia (35–39 años)
- Edad materna avanzada (40–44 años)
- Edad materna muy avanzada (45 años o más)
El objetivo no era alarmar de las consecuencias de la maternidad tardía (de las que, además, ya hay mucha evidencia científica disponible), sino entender con más precisión qué ocurre cuando se posterga la maternidad a partir de los 40. Y los resultados fueron claros: los riesgos neonatales aumentan con la edad, especialmente en el grupo de 45 años o más.

Estos son algunos de los datos más relevantes que encontró el estudio, todos ajustados por factores como índice de masa corporal, tabaquismo o tipo de parto):
- Riesgo de parto prematuro (antes de la semana 37):
- +26 % en madres de 40–44 años
- +68 % en madres de 45 o más
- +26 % en madres de 40–44 años
- Riesgo de tener un bebé pequeño para la edad gestacional (SGA):
- +26 % en el grupo de 40–44
- +46 % en el grupo de 45+
- +26 % en el grupo de 40–44
- Hipoglucemia neonatal:
- +34 % entre los 40–44 años
- +82 % si la madre tenía 45 o más
- +34 % entre los 40–44 años
- Riesgo de mortinatalidad (nacimiento sin vida):
- +27 % (40–44)
- +80 % (45+)
- +27 % (40–44)
- Apgar bajo (menos de 7 a los 5 minutos). Este test de Apgar que se aplica en los protocolos de parto evalúa la frecuencia cardiaca, esfuerzo en la respiración, reflejos, color de la piel y tono muscular al minuto y a los cinco minutos del nacimiento.
- +23 % (40–44)
- +24 % (no significativo estadísticamente en 45+)
- +23 % (40–44)
Aunque la mayoría de los nacimientos no presentó complicaciones graves, la probabilidad de que aparecieran algunas de estas complicaciones se multiplicó progresivamente con la edad materna, incluso dentro del rango que tradicionalmente se consideraba como "edad avanzada" (35 años).

Qué significa esto para quienes se plantean ser madres a partir de los 40
Este estudio no busca generar miedo, sino informar con precisión. La mayoría de los bebés nacidos de madres mayores de 40 años no presentan problemas graves, especialmente en países con sistemas sanitarios sólidos como el sueco o el español. Pero la ciencia sugiere que sí existen riesgos adicionales, y conocerlos ayuda a tomar decisiones con mayor conciencia.
Los autores del estudio también observaron que las madres mayores de 45 años eran más propensas a tener hipertensión, diabetes tipo 2 y a recurrir a técnicas de reproducción asistida. Además, casi la mitad de los partos en ese grupo fueron por cesárea (31 % electiva y 15 % de urgencia).
Entre los hallazgos más notables, el riesgo de hipoglucemia neonatal fue especialmente alto en los bebés de madres de 45 años o más. Esta condición, aunque tratable, puede tener implicaciones neurológicas si no se detecta a tiempo. También destacó el incremento en los partos prematuros, que exponen al recién nacido a complicaciones respiratorias, neurológicas y de desarrollo.

Aunque el estudio se centra en el periodo neonatal, las consecuencias de nacer antes de tiempo o el bajo peso al nacer pueden extenderse más allá del primer mes de vida. La literatura médica ha vinculado estas condiciones a mayor riesgo de problemas de aprendizaje, dificultades motoras, trastornos del neurodesarrollo y enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.
Por ello, si estás planificando un embarazo a partir de los 40 o incluso más allá de los 45, esta evidencia puede servir de guía para solicitar una vigilancia obstétrica más intensiva (en España no suele ser necesario porque se considera embarazo de riesgo), asegurar un seguimiento neonatal detallado y considerar el papel de la reproducción asistida y sus implicaciones.
El equipo sueco también sugiere que las políticas públicas y los recursos sanitarios deberían adaptarse a esta nueva realidad demográfica, donde la maternidad tardía es una elección creciente. Esto incluye desde más controles prenatales hasta la sensibilización sobre riesgos y garantías de acceso equitativo a cuidados neonatales.
Referencias
- Sofia Voss, Anna Josefsson, Claudia Ekéus. Neonatal Outcomes Among Infants of Mothers With Advanced Maternal Age: A National Cohort Study. Acta Paediatrica, 2025. DOI: 10.1111/apa.70185