Los perros son el animal doméstico más extendido y, como tal, es necesario que los niños y niñas aprendan a convivir con ellos. Lógicamente, si conviven con uno, será muy rápido el aprendizaje, pero si no lo hacen también es aconsejable que sus progenitores le enseñen cómo acercarse a ellos y cómo tratarlos.
El experto Juan Luis de Castellví, nombre detrás del blog Etología Canina, al que hemos descubierto por la interesantísima labor divulgativa que hace la Asociación Nacional de Seguridad Infantil, explica que la mayoría de accidentes infantiles producidos por animales son con perros, y que es antes de los 9 años cuando tienen lugar la mayoría de ellos, que además se dan más en niños que en niñas. “Esto se debe a un exceso de confianza de los padres y de los dueños de los animales”, explica, aunque también añade otros factores a la ecuación, como por ejemplo “la natural curiosidad de los niños y su innata tendencia a explorar el mundo que les rodea, además de la escasa o nula percepción del riesgo o la necesidad de quedar como un “valiente” delante de otros, que hace que los niños se acerquen a los perros sin tomar ninguna precaución”, asegura.
En la interesante infografía que adjuntamos, obra del propio de Castellví, explica las pautas que debemos enseñar a los niños respecto a los perros. “Los pequeños se acercan de frente y, por tamaño a esa edad, la cara del niño queda a la altura de la cabeza del perro de raza grande. Suelen intentar acariciar al perro poniendo la mano sobre su cabeza, de frente de nuevo, invaden su terreno y en ocasiones lo fuerzan a juegos que el perro no conoce y no ha pedido”, expone el experto. “Como consecuencia, especialmente si se ve arrinconado, el perro puede atacar”, concluye.

A estos consejos generales sobre cómo deben acercarse a un perro los niños de forma segura y que no deben hacer cuando le toquen o hablen -no gritar-, Juan Luis de Castellví añade la importancia de que enseñemos a los niños que pregunten a su dueño siempre antes de tocar a un perro. “No sirve que pregunten mientras ya lo están tocando o siguen acercándose al animal”, advierte.
Además, recomienda retirar a un peque del alcance de un perro que se muestre inquieto con independencia de lo que diga su dueño, y es tajante en lo que respecta a dejar a un niño solo con un perro: “NUNCA debemos dejar solos a los niños con un perro que no es bien conocido por la familia y está correctamente socializado con ellos”, afirma.
Cómo educar a los perros para convivir con niños
En una relación hay dos partes, y tan importante es la conducta y el comportamiento de una de ellas, los niños, como el de la otra, los perros. Por eso, si tenéis perro en casa, es necesario enseñarles algunas pautas para convivir con niños. En un artículo divulgativo, la consultora canina Sumara Marletta da una extensa lista de consejos para conseguirlo.
En su guía, Marletta, que recuerda que para un perro un niño no es como un adulto porque “se mueve distinto, habla distinto e incluso huele de otra manera”, incide en primer lugar en la responsabilidad de los dueños en lo que respecta al cuidado, la higiene y el adiestramiento del animal. “El perro deberá estar siempre aseado, desparasitado y vacunado, recomendamos al menos una revisión veterinaria anual” indica. “Enseñarle conceptos de educación básica tales como sentado, tumbado y estarse quieto nos ayudará a controlar situaciones y evitar incidentes”, añade.
Más allá de conseguir que el perro sea obediente y de estar pendiente durante la época en la que perro y niño aprenden a socializar el uno con el otro, Marletta señala como medida más eficaz para evitar un accidente a “enseñarles a los perros a no saltar sobre los niños”, si bien alerta de que puede suponer un reto difícil: “En ocasiones es una tarea difícil porque el lenguaje del niño (sin saberlo) le está diciendo muy claramente ‘quiero que vengas y que saltes’”, dice.
Además, destaca también la importancia de enseñar al perro a acudir a su dueño ante un conflicto o amenaza porque, de esta forma, “si el perro va suelto y aparece un niño corriendo hacia él –algo que les puede producir miedo– saldrá corriendo hacia su dueño al revés de gruñir o ladrar al niño”, asegura.
De todos modos, la enseñanza a un perro requiere de tiempo, paciencia y dedicación además de conocimientos específicos, de ahí que sea muy recomendable recurrir a un experto en la materia en caso de que tengáis un perro en casa y ahora también un niño.