La comprensión lectora es una de las habilidades más importantes que los niños desarrollan durante su etapa escolar, ya que influye directamente en su rendimiento académico y en su desarrollo integral. Un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) ha puesto de manifiesto que el seguimiento ocular, también conocido como “eye-tracking”, podría convertirse en una herramienta clave para identificar y prevenir problemas relacionados con la forma en la que los niños comprenden lo que leen. Dicho estudio establece una relación directa entre tiempos de movimiento ocular más cortos y un mejor desempeño en aspectos como el vocabulario, la velocidad de procesamiento y la denominación automatizada rápida (RAN).
Cómo los ojos revelan la eficiencia lectora
El seguimiento ocular es una técnica no invasiva que permite obtener información directa sobre los procesos cognitivos involucrados en la lectura. Según Cristina De La Peña, profesora e investigadora de UNIR: "los movimientos oculares reflejan la capacidad de los lectores para codificar y comprender el texto". Es decir, los patrones de fijación y la duración de las miradas pueden dar pistas sobre la eficiencia con la que los niños procesan la información escrita.
En la investigación, realizada con una muestra de 67 niños de 7 y 8 años, se analizaron diversos aspectos relacionados con la comprensión lectora, como la capacidad literal, inferencial y total. Los resultados también destacaron la importancia de habilidades complementarias, como el vocabulario y la rapidez en el acceso a las palabras, en el desarrollo de una buena comprensión lectora.

Comprensión lectora y su impacto académico
Esto no solo implica entender el significado literal de las palabras, sino también interpretar información implícita, identificar relaciones causa-efecto y sacar conclusiones. Esta capacidad resulta esencial para conectar ideas y reflexionar sobre los textos. Por ello, una deficiencia en este área puede traducirse en un bajo rendimiento académico e incluso en la repetición de curso.
En este sentido, los hallazgos del estudio de la UNIR podrían complementar las técnicas tradicionales de evaluación de la comprensión lectora, proporcionando una forma rápida, inocua y efectiva de detectar posibles dificultades. Esto abriría la puerta a diseñar estrategias pedagógicas más personalizadas y basadas en evidencia.
Resultados preliminares y futuras aplicaciones
Otro aspecto novedoso de este estudio es su enfoque en la comprensión lectora implícita y la diferenciación entre comprensión literal e inferencial, ámbitos que no suelen ser evaluados de manera separada en investigaciones previas. De hecho, un estudio complementario, también liderado por De La Peña y realizado con 201 niños de primero y segundo de educación primaria, sugiere que los estudiantes de segundo curso presentan patrones oculares más eficientes que los de primero. Este hallazgo refuerza la idea de que el seguimiento ocular podría utilizarse para monitorizar el progreso lector a lo largo del tiempo.

Una herramienta clave en un contexto educativo desafiante
La necesidad de mejorar la comprensión lectora es un tema recurrente en informes internacionales como el Estudio Internacional de Progreso en Comprensión Lectora (PIRLS) y el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA). Estas evaluaciones destacan la importancia de detectar a tiempo las dificultades en la lectura para evitar su impacto negativo en el desarrollo académico.
En definitiva, con este estudio, la UNIR aporta evidencia que podría revolucionar las prácticas de evaluación lectora, ofreciendo una herramienta innovadora para abordar una de las preocupaciones más relevantes del sistema educativo actual. Integrar el seguimiento ocular como parte de las estrategias de aprendizaje podría marcar un antes y un después en la manera de comprender y mejorar las habilidades lectoras de los niños.