De nada sirve leer o tener muy buena memoria para los estudios si no hay forma de entender qué es aquello que acabas de recitar o de estudiar. La comprensión lectora es esencial en la educación, y los informes especializados en la medición del rendimiento escolar muestran que los estudiantes españoles tienen un problema por no entender bien lo que leen.
No hay fuente más popular y extendida, la que usan desde políticos a psicólogos infantiles y docentes, sobre el rendimiento académico y la eficacia de los sistemas educativos, que el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes, mucho más conocido como informe PISA, el mismo que señala que los alumnos nacidos en diciembre repiten un 44% más que los nacidos en enero.
El informe PISA dice que los niños y niñas españoles ocupan la plaza 28 en lo que respecta a la comprensión lectora, muy lejos de la media del país que la lidera, Singapur, cuyo sistema educativo se sustenta en el conocido método Singapur, la razón por la que este sistema educativo arrasa en el informe PISA. Para España no es tan mala noticia estar lejos del país asiático en comprensión lectora como ver sus niveles medios por debajo de la de los estudiantes de los países de la OCDE y también de la UE.

Habrá quien reniegue del informe PISA, que también tiene sus críticos entre la comunidad educativa. Pero si abrimos la mirada y buscamos otras fuentes similares, las expectativas no mejoran acerca del nivel de comprensión lectora de los estudiantes españoles.
Por ejemplo, según el informe PIRLS (Estudio Internacional para el Progreso de la Comprensión Lectora), los chicos y chicas españoles en edad escolar han disminuido su comprensión lectora en 7 puntos durante el último lustro (el informe se actualizó por última vez en 2021). Y, de nuevo, el dato comparativo con otros países no es mejor: España tiene un punto menos que la media europea y ocupa el puesto 21 de 57. En esta pieza te contamos en detalle cómo el informe PIRLS señala que la comprensión lectora de los niños españoles retrocede significativamente.
Los datos son concluyentes, como vemos. Es más, el problema de la comprensión lectora en los estudiantes españoles viene de lejos. Ya en el 2007, hace 17 años, el informe PISA dio un varapalo al sistema educativo español en este sentido. Todavía no estaban tan introducidas las pantallas en la vida diaria de los niños y niñas, que es una de las causas que algunos expertos achacan a este problema.
El que fuera entonces director de la Fundación del Español Urgente, Joaquín Müller, achacó el problema de la comprensión lectora a que los niños y niñas leían solos, y pidió que los padres se implicaran en la lectura con sus hijos e hijas. Esta opinión conecta con la hipótesis compartida por muchos adultos de que los padres empezamos a dejar de leer cuentos a nuestros peques cuando estos empiezan a ser autónomos en el hábito de la lectura. Y también tiene que ver, aunque no de forma tan directa, con las tendencias en los hábitos de lectura tanto de los más jóvenes como de los adultos.
No en vano, según el barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España del Ministerio de Cultura no son desastrosos, un tercio de la población adulta no lee nunca, y a partir de los 15 años, los adolescentes (15 a 18 años) solo lo hacen en un 67,7%. Es 10 puntos menos que lo que leen los niños y niñas de 10 a 14 años, siendo esperanzador el dato de los peques de 6 a 9 años, ya que un 84% de ellos lee más allá de los libros de texto.

Otra de las posibles causas la aporta el personal docente en otro barómetro, en este caso el CICLIP 2022, especializado en la comprensión alumnado de educación Infantil y Primaria. Según esta fuente, el 88% de los docentes considera que se deberían reservar horas lectivas en estas etapas fuera de las materias convencionales para que se pudiera trabajar con el alumnado en este tipo de competencias.
A esto se suman las pantallas, que más allá del efecto que tienen en cada niño o niña, no hay duda de que su aparición ha provocado un cambio de hábitos en la infancia. La Gasol Foundation, por ejemplo, asegura que el 64% de los niños españoles de entre 8 y 16 años pasan más de 3 horas delante de una pantalla de lunes a viernes, y ocho de cada diez disfrutan de un dispositivo tecnológico durante 5 horas los fines de semana.
Estos no son datos definitivos de que las pantallas sean una causa directa de la falta de comprensión lectora en los niños y niñas españoles, pero sí son una evidencia de que cuando se dedica tanto tiempo a la tecnología y la televisión, hay menos tiempo para otras cosas. Una de ellas, la actividad física; y otra, la lectura. Esto es algo en lo que inciden expertos como el pediatra Carlos González en su decálogo de estrategias para favorecer el desarrollo de los niños.
Se podrá saber más sobre las conclusiones sobre las causas de por qué la comprensión lectora en España no está en niveles óptimos cuando se publiquen los resultados del primer estudio para la comprensión lectora en niños y niñas, una iniciativa de la Fundación Edebé y Proyecto Leobien en colaboración con el grupo de investigación ZINTAC de la Universidad de Oviedo.
Este equipo de investigación ha lanzado el denominado Test Nacional de Comprensión Lectora (Test NCL), una herramienta diseñada para facilitar una evaluación comparativa de la capacidad para la comprensión lectora de los niños y niñas entre los 6 y los 12 años.

De momento, a falta de más datos concluyentes, lo que se puede hacer, como padres, es poner un granito de arena para estimular la capacidad lectora de nuestros peques en casa, reforzando el trabajo que hagan en la escuela.
¿Cómo? por ejemplo, con estas cinco actividades para fomentar la comprensión lectora de los más pequeños desde casa. Y, además de limitando el tiempo de pantallas y dedicando tiempo en casa a la lectura —conjunta o individual, porque así también se da ejemplo—, se pueden poner en práctica tips como los que ofrece Anna Salinas, licenciada en psicopedagogía.
La experta en dificultades del aprendizaje recomienda tres hábitos para trabajar la comprensión lectora en los peques: usar textos cortos acordes con su edad y habilidad, definir bien en cada momento qué tipo de comprensión lectora queréis potenciar —”literal, inferencial, crítico o apreciación lectora”, puntualiza— y, por último, “usar textos creativos que sean del interés del alumno”.